La Importancia de las Últimas Semanas de Embarazo

importancia de las ultimas semanas de embarazo

Las últimas semanas de embarazo | Derechos fotolia

Si el embarazo ha ido bien, es muy probable que no surjan complicaciones en las últimas semanas y que tengas un parto sano. Además, los especialistas, tanto médicos como comadronas, vigilarán continuamente el desarrollo del feto y tu salud. Y, ante cualquier indicio de problemas, por mínimos que resulten a simple vista, te realizarán estudios para evitar que se tuerzan las cosas.

En este artículo te lo contamos todo acerca de esta última etapa y te damos consejos para mantener la calma y cuidar bien de ti misma y de tu bebé.

Tu cuerpo en las últimas semanas de embarazo

En las últimas semanas te sentirás mucho más voluminosa y probablemente te resulte muy difícil moverte y encontrar posturas cómodas. Además, posiblemente más que nunca estarás pendiente de tu bebé y soñarás despierta con él. ¿Quieres saber qué cambios tienen lugar en tu cuerpo? Te lo contamos.

A medida que el tercer trimestre avanza, el peso extra que cargas puede producirte dolores de espalda y mucho cansancio. Aunque te cueste dormirte es importante que intentes mantener la calma y que busques posturas de relajación. No tomes pastillas para dormir porque también harán dormir al bebé. Tómate tiempo suficiente para todo y procura descansar tanto como puedas. Aliméntate adecuadamente. Come mucha fruta y verdura y bebe al menos ocho vasos de líquido al día, porque probablemente orinarás más a menudo. En ocasiones, puedes sufrir estreñimiento.

Si te cuesta respirar en las últimas semanas de gestación, te servirá de ayuda el sentarte con la espalda recostada sobre varias almohadas siempre que puedas. Pero procura no excederte.

La importancia de mantenerte relajada

En lo que a ti respecta, durante las últimas semanas te resultará mucho más difícil ponerte cómoda. Tu abdomen continuará creciendo, y las posiciones habituales ya no te resultarán cómodas. Si te echas boca arriba, el peso del feto presionará tus vasos sanguíneos mayores y los nervios que se apoyan en la columna, y te provocará un entumecimiento y hormigueo, mareos y falta de aliento. Debes intentar dormir de costado y, recuerda lo aconsejable de dormir sobre tu lado izquierdo. Utiliza cojines para colocar entre tus muslos y espalda y así tener un apoyo más sólido y confortable.

Es muy importante que mantengas la calma para evitar estresar al bebé. Puedes realizar ejercicios de estiramiento y relajación para liberar las tensiones de tu mente y tu cuerpo a través de una respiración profunda y regular. Esto hará que te sientas mucho mejor. Además, es una buena forma de prepararte para el parto, momento en el que estarás sometida a mucha tensión y para el cual te vendrá genial conocer diferentes formas de relajarte para poder contraer el útero sin que el resto del cuerpo se tense.

Una buena técnica consiste en ir relajando diferentes partes del cuerpo una tras otra. Es recomendable que realices esta técnica dos veces al día durante cerca de 15 minutos cada vez.

  1. Debes buscar una posición cómoda, ya sea sentada o echada boca arriba o de costado. 
  2. Cierra los ojos e intenta despejar la mente de los pensamientos estresantes, ansiedades y preocupaciones. Para ello respira lentamente y de forma regular y concentra toda tu atención en el proceso de respirar. Permite que los pensamientos relajantes invadan tu cabeza y si alguna inquietud pugna por salir impídelo diciendo “No” bajito. Y vuelve a concentrarte completamente en la respiración.
  3. Cuando sientas que tu mente está totalmente relajada y tu respiración es regular y profunda, empieza la rutina de tensión y relajación. Piensa en tu mano derecha: estírala un momento, con la palma hacia arriba, después vuelve a relajarla y dile que se siente pesada y cálida. 
  4. Trabaja todo el lado derecho de tu cuerpo, tensando y relajando el antebrazo, el brazo y el hombro. 
  5. Repite el proceso con el lado izquierdo superior del cuerpo. Cuando hayas terminado sube las rodillas, y por turno tensa y relaja las nalgas, los ,muslos, las pantorrillas y los pies. Presiona suavemente la zona lumbar contra el suelo o los cojines, y después relájate.
  6. Termina relajando la cabeza y el cuello. Relaja los músculos de la cara, los ojos y la frente, y despeja las arrugas.

Un buen descanso es fundamental en las últimas semanas

En las últimas etapas del embarazo es fundamental gozar de un buen descanso. Debes saber que esto es prioritario para la buena culminación del desarrollo del feto. Si puedes, duerme ocho horas cada noches. Es cierto que en muchos casos esto resulta difícil dada la intensa actividad del feto durante las noches. Si te ocurre que sufres de insomnio hay una serie de cosas que puedes hacer para superarlo.

  1. Toma un baño tibio antes de meterte en la cama para relajarte y adormecerte. Recuerda que la temperatura del agua no debe ser muy alta.
  2. Realiza ejercicios de respiración y relajación antes de ir a acostarte.
  3. Levántate y haz algo que te guste, en vez de quedarte dando vueltas en la cama preocupada por no poder dormir.
  4. Ve hacia la habitación del bebé, acomoda sus cosas y piensa intensamente en él disfrutando de ese instante y evadir las preocupaciones del día.

Los cambios que vive tu hijo en esta etapa

Cuando el feto se acerca a la plena madurez, es decir en la semana 37, se hace cada vez más pesado y se coloca cabeza abajo. Algunos, sin embargo, permanecen de nalgas hasta el final.

Si un feto viene de nalgas, puede nacer mediante cesárea. Sin embargo, debes saber que muchas veces continúa en esta posición hacia las últimas semanas del embarazo, pero terminan dándose vuelta cuando está a punto de comenzar el parto. Y si no, puedes dejarte convencer por lo que plasman las estadísticas.

  • El 30% de los bebés están de nalgas en la semana 30. Más de la mitad de ellos se da la vuelta espontáneamente durante las siguientes dos semanas.
  • El 14% de los fetos siguen de nalgas en la semana 32. Existe un 60% de probabilidades de que el feto que viene de nalgas se dé la vuelta por sí mismo antes de que comience el parto.
  • Menos del 5% de los fetos continúan de nalgas en la semana 37. Una cuarta parte de ellos se dará la vuelta sin ayuda, aunque es menos probable si las piernas están estiradas o no hay mucho espacio en el útero por algún motivo; por ejemplo, si llevas más de un feto o si es un feto muy grande.

En la última etapa del embarazo el feto desprenderá casi todo el fino lanugo de su cuerpo. Su piel es suave y blanda, y en ella todavía queda algo de vernix caseosa, que le ayudará a pasar bien por el conducto uterocervical. Será casi rechoncho hasta el nacimiento. Tendrá las uñas largas y es posible que con ellas se haya arañado la cara, después de nacer habrá que cortárselas.

Sus ojos serán de color azul, aunque muchos los cambian en las semanas posteriores al nacimiento, y cuando está despierto permanecen abiertos. En estas últimas semanas, tu bebé produce cada vez más cantidad de la hormona llamada cortisona con sus glándulas adrenales. Esto ayuda a que sus pulmones puedan madurar y prepararse para el primer vagido.

Su intestino está lleno de una sustancia verde oscura que se conoce como meconio. Resultado de la mezcla de las secreciones de las glándulas alimentarias, restos de lanugo, pigmento y células de la pared intestinal. Será la primera deposición que haga después de nacer, aunque es posible que la haga durante el parto.

En lo que respecta a su sistema inmunológico, es inmaduro, de modo que todavía necesita los anticuerpos que recibe a través de la placenta, que lo ayudan a protegerse de cualquier enfermedad como la gripe, rubéola o parotidites (siempre y cuando tú tengas anticuerpos para ellas). Una vez que nazca los anticuerpos los recibirá a través del calostro y de la lactancia materna.

Aunque sus movimientos ya no son tan bruscos, cada tanto sentirás que da pataditas. Síntoma de que todo marcha sobre rieles.

Llegado este punto la placenta mide de 20 a 25 cm de diámetro y 3 cm de grosor, lo que crea una zona amplia para el intercambio de nutrientes y productos de desecho entre tú y el feto. En el saco amniótico hay más de un litro de líquido.

Las hormonas producidas por la placenta estimulan los pechos, que se hinchan y se llenan de leche, preparándose para el amamantamiento. Esto también causa una hinchazón en los pechos del bebé, tanto si es un niño como una niña, que remitirá después del nacimiento.

El exhaustivo seguimiento prenatal

En este período los especialistas te explorarán para controlar que todo vaya bien. Entre los puntos más importantes a tener en cuenta se encuentran:

  • EncajeEn la mayoría de las madres primerizas, del feto se sitúa cabeza abajo hacia las 36 semanas. Te sentirás más cómoda y tu respiración será más fácil. Es normal que la cabeza no encaje hasta más tarde, incluso hasta el parto.
  • PosturaQuizá compense el peso echándose hacia atrás. Eso hace que la cabeza también se eche hacia atrás, y cambie su línea de visión. El centro de gravedad ha cambiado, por lo puede puede volverse un poco torpe.
  • Dormir y descansarQuizás te resulte más difícil conciliar el sueño, ya que el gran abdomen dificulta una posición cómoda. Descansa lo que puedas, con los pies en alto.
  • Hacer el nido Suele manifestarse antes del parto en cosas como limpiar el horno y prepararlo todo. Intenta resistirte a hacer aquellas actividades que pudieran perjudicar a tu bebé e intenta relajarte.

Hacia el final del tercer trimestre deberías tener preparada la habitación del bebé y su ropita. También deberás tener tu bolso y el equipo esencial a punto. Nunca se sabe, el bebé podría llegar antes.

Empezarás a pensar más a menudo en el parto y es importante que intentes no obsesionarte ni ponerte nerviosa. Nadie puede predecir cómo será tu parto, porque la experiencia de cada una es única, pero la mayoría de ellos se desarrollan con normalidad. Así que, a pensar menos y a disfrutar más de este último tramo que culminará el primer día que tengas a tu hijo en brazos.

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