¿Sabías que la lactancia materna reduce el riesgo de padecer Alzheimer?

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La lactancia y el alzheimer | Foto de Elías (flickr)

Las investigaciones científicas en torno a los múltiples beneficios que otorga la lactancia, tanto para el bebé como para la madre, continúan sorprendiéndonos.

Haber sido madre antes de los 40 y optar por el amamantamiento como forma de alimentar al bebé, son decisiones que colaboran con la reducción del riesgo de contraer cáncer de mamas. En este último caso, la razón es clara. La lactancia reduce el total de ciclos menstruales en la vida de una mujer, por tanto la pone menos en contacto con los estrógenos, hormona decisiva en el desarrollo del cáncer. Y, si la lactancia se ha realizado por un tiempo prolongado, los riesgos disminuyen todavía más.

Pero los conocimientos no se quedan ahí; continúan descubriéndose más beneficios del amamantamiento. El más reciente es su éxito profiláctico contra una de las demencias más conocidas, la enfermedad de Alzheimer.

El mal de Alzheimer

El mal de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por generar un deterioro en el sistema cognitivo. Se manifiesta a través de la pérdida de la memoria inmediata y el detrimento paulatino de las capacidades mentales.

Es uno de los tipos de demencia más conocidos y es terminal e incurable. Suele aparecer en torno a los 65 años de edad y sus síntomas más destacables son:

  • Incapacidad para adquirir nuevos recuerdos
  • Confusión mental
  • Irritabilidad
  • Agresión
  • Cambios rotundos de humor
  • Trastornos en la capacidad del habla
  • Pérdida de la memoria a largo plazo

Todo esto se produce por la muerte de las células nerviosas y el atrofio de determinadas áreas del cerebro. Cabe mencionar que desde que se detecta la enfermedad, una persona con Alzheimer puede vivir alrededor de 10 años, perdiendo de forma gradual todas sus capacidades mentales. Aunque esto puede variar de acuerdo a la gravedad de dicha dolencia en cada caso.

No existen tratamientos para esta dolencia, tampoco formas de evitarla; aunque se estima que una vida saludable puede ser el mejor método de profilaxis. Recientemente, un estudio ha demostrado que las mujeres que han dado el pecho tienen menos probabilidades de contraerla. ¿Por qué? Te lo explicamos a continuación.

La lactancia, la mejor prevención para el Alzheimer

Según un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge del Reino Unido, las mujeres que amamantan tienen menos posibilidades de contraer Alzheimer; de igual modo cuanto más tiempo se prolongue la lactancia menor es el riesgo.

Los resultados de dicha investigación se publicaron en la revista “Journal of Alzheimer’s Disease“, en el que los investigadores comentaron que fue el producto de la observación de un grupo de 80 mujeres que padecían la enfermedad y otro tanto de madres que no la portaban, teniendo todas una predisposición genética para ella.

Esta es una clara muestra que puede ayudar a comprender los factores que hacen que una persona sea más o menos susceptible a contraer la enfermedad. Además es una gran alegría para el universo científico, teniendo en cuenta que la lactancia es altamente recomendada como la mejor alimentación de los bebés y es una medida que están tomando muchísimas madres; convirtiéndose en una medida preventiva de alcance masivo y sin ningún tipo de coste.

La explicación científica no es del todo clara. Tratándose de una reciente investigación, todavía no puede realizarse una exposición concisa de las consecuencias positivas que el amamantamiento tiene sobre el organismo de las mujeres en relación con el Alzheimer. Sin embargo, existen dos interesantes hipótesis que apuntan a:

  1. La privación de la progesterona, hormona conocida por conseguir que el cerebro pierda la sensibilidad de los receptores de estrógeno.
  2. El aumento de tolerancia a la glucosa por la restauración de la insulina (el Alzheimer presenta una resistencia a la insulina en el cerebro).

Este trabajo abre nuevas líneas de investigación en torno a esta enfermedad tan misteriosa todavía y es un verdadero incentivo para que las madres opten por dar el pecho a sus hijos. De este modo, el amamantamiento ya no solamente brindaría una satisfacción física y psíquica a las mujeres, sino que además evitaría la aparición en el futuro de enfermedades degenerativas en el cerebro. Así mismo para el bebé es la mejor inmunidad para cualquier tipo de dolencia que pudiera amenazar con aquejarle.

Una vez más se ponen en evidencia los efectos positivos de la lactancia, en este caso en la madre.

Beneficios destacables del amamantamiento

Todos conocemos el carácter fundamental que tiene la leche materna para el desarrollo de la vida del bebé. Aquí te contamos, una vez más, algunas cosas imprescindibles de este tipo de alimentación.

La lactancia favorece la creación de un vínculo afectivo muy fuerte entre madre e hijo por varias razones.

  • Estimulación. Cuando el bebé toma el pecho, no solo se alimenta sino que recibe calor y diversos estímulos (táctiles, visuales, olfativos, gustativos y orales); además, se siente protegido.
  • Conocimiento del mundo. Durante sus primeros meses de vida, descubre el mundo a través de sus sentidos, fundamentalmente del tacto (es el que desarrolla con más rapidez) y el contacto de su piel con la de su madre le permite formar una temprana identidad de sí mismo y del entorno que lo resguarda. Además, a través del trato maternal descubre el cariño y apoyo de su progenitora, lo que le ayuda muchísimo a desarrollar confianza y seguridad en sí mismo.
  • Desarrollo cerebral. A estos beneficios habría que sumarle el descubierto recientemente, de que la leche materna favorece el desarrollo cognitivo del bebé. Tal es así que los niños alimentados de este modo, poseen un firme sistema nervioso y una especial capacidad intelectual y agudeza visual.
  • Prevención de adicciones. También se cree que este tipo de alimentación reduce la predisposición a las adicciones en la etapa adulta.

Para la madre, el amamantamiento mejora considerablemente la autoestima al ser consciente de que está haciendo lo mejor por su hijo y que, gracias a lo que ella produce, el bebé crece sano. Además mejora su capacidad de comunicación afectiva respecto a ese niño y a los demás, afianzando su papel de madre.

Es importante mencionar, no obstante, que no todas las madres viven la lactancia de igual forma; por tanto todos estos beneficios pueden producirse o no, de acuerdo a la forma en la que cada una viva esta experiencia.

En lo que respecta al lazo que se crea entre madre e hijo, es fundamental para ambos, ya que permite que esa relación que se gestó durante el embarazo crezca y se transforme positivamente. Así, puede estrecharse la comunicación y el amor entre ambos.

Cabe mencionar para terminar que el acercamiento a una vida más natural y saludable no puede tener efectos nocivos para nadie. Por lo que, más allá de los beneficios mencionados, optar por la lactancia es una de las mejores formas de apostar por una maternidad más equilibrada. Una maternidad en la que la calidad de vida de madre e hijo sean los fundamentales protagonistas.

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