La Lactancia: Surgimiento del Vínculo entre Madre e Hijo

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Vínculo entre madre e hijo | Derechos Fotolia

Es un gran error pensar que después del parto lo más importante ha pasado. Si bien es cierto que ya no tendrás que soportar ciertas dolencias y molestias, a partir de ahora debes asumir completamente tu nuevo papel.

Entonces, comienza lo verdaderamente importante: una vida llena de emociones y desafíos que deberás atravesar, con el objetivo de dar lo mejor de ti para que tu hijo crezca sano y feliz.

La primera hora después del parto es fundamental en lo que respecta al vínculo que se establece entre madre e hijo. Son momentos muy intensos que te acompañarán durante el resto de tu vida y de los cuales aprenderás muchísimas cosas, algunas que tienen que ver contigo y otras con tu bebé.

Primer contacto con el bebé

Cuando después del parto, te acercan el bebé por primera vez y lo pones sobre tu pecho, es como si el tiempo se detuviera. Después del intenso trabajo del parto y el estrés derivado de él, que ambos han debido soportar, ahora tienen el primer contacto. Tu bebé está respirando por vez primera, conociendo el mundo y su nueva condición. Y tu, recuperándote del enorme esfuerzo de dar a luz y respirando profundamente de nuevo.

Según lo expresa la psicóloga perinatal Sara Jort, cuando damos a luz un bebé, también nace una madre. Durante esa primera hora después del parto se da una situación neuroquímica entre ambos individuos inolvidable e irrepetible.

El bebé, todavía asustado por los bruscos cambios a los que debe enfrentarse, intenta atrapar el mundo con la mirada para entenderlo; en esa búsqueda abrumadora buscará cobijo en los ojos de su madre. Puede reconocerla, lleva inscrito su olor, la cadencia de su corazón, el sonido de su cuerpo y de su voz. Al ser apoyado en su pecho, comprende instantáneamente que se trata de la misma persona a que habitó hasta hace minutos, recién entonces consigue tranquilizarse.

Tú también te tranquilizas, porque en tus brazos sabes que nada podrá ocurrirle, ya que tú sabes (o estás dispuesta a aprender) qué necesita y cuándo. De a poco sus respiraciones se van acompasando y sus temperaturas se regulan mutuamente, como si siguieran siendo un solo cuerpo. Esa primera mirada, posiblemente no la olvides en toda tu vida, esos ojitos asustados y esa dependencia y necesidad de ti son realmente conmovedores.

Las 5 fases del camino del bebé hacia el pecho materno

Lamentablemente estamos demasiado acostumbrados a la artificialidad, y ella también ha alcanzado los límites de la maternidad. Tal es así que, al dar a luz en un hospital, no solo se nos medica para ser capaces de aguantar el dolor, sino que además antes de ponernos al bebé en el pecho, lo limpian. Esto modifica considerablemente el ciclo de la vida; por eso algunos bebés tardan más en encontrar el pecho, es como si se desorientaran completamente.

El doctor Marshall Klaus, pediatra y profesor en la Universidad de California, investigó a fondo lo que ocurría en esa primera hora, tomando como ejemplo a 16 madres que no habían sido medicadas y cuyos bebés habían sido puestos en su pecho tal cual hubieran salido del útero. Así pudo describir con precisión cómo se establecía ese primer lazo entre madre e hijo. El proceso se desarrollaría de la siguiente manera:

  1. Primeros 30 minutos: el bebé se relaja y descansa sin dejar de mirar a su madre
  2. De 30 a 40 minutos: el bebé se lleva la mano a la boca y ensaliva
  3. A partir de los 40: el bebé comienza a mover las piernecitas empujando su cuerpo para desplazarse por el abdomen de la madre.
  4. A continuación: una vez que alcanza el esternón, empieza a mover su cabeza en busca del pecho materno.
  5. Finalmente: cuando llega cerca del pezón abre mucho la boca para atraparlo y, después de varios intentos consigue engancharse perfectamente.

Este camino tan bien explicado por Marshall le toma al niño alrededor de una hora. Si se lo deja tranquilo (que es lo más recomendable) él será capaz de llevar a cabo este desafío sin ningún problema.

El doctor Kalus opina que el olor del pezón es lo que guía ese viaje y es por eso que, cuando la madre se lava uno de ellos con agua y jabón, el niño busca instintivamente el otro pecho.

Cabe mencionar que este estudio se realizó en madres que no recibieron tratamiento contra el dolor durante el parto y bebés que no fueron bañados ni recibieron gotas en los ojos o vitamina K. Cabe mencionar, que si aprendes técnicas de relajación y posturas de yoga podrás evitarte muchos dolores de cabeza y tensiones durante el alumbramiento.

Una vez que el bebé consigue asirse al pecho de su madre, se pone en marcha un mecanismo fascinante entre ambos, caracterizado por el fluido de de hormonas tales como la oxitocina, la prolactina y decenas de endorfinas.

Las 6 conductas innatas del ser humano

Todo esto es posible porque el bebé humano (como todos los mamíferos) nace con una serie de conductas innatas importantes. Son sus respuestas automáticas movidas por su instinto de supervivencia. Algunos de los reflejos que puedes encontrar durante los primeros meses, van desapareciendo lentamente cuando el bebé ya se siente completamente seguro en el mundo.
Los reflejos innatos son 6:

  1. Reflejo de succión

    Responde al instinto natural del bebé para chupar todo lo que se mete en la boca. Ya sea el pezón, la tetina o el dedo. Es una actitud crucial para la supervivencia ya que, si no fuera capaz de alimentarse y no recibiera ayuda externa, se moriría. Si tu bebé succiona, es una hermosa señal de que la vida fluye sana en él.
  2. Reflejo de búsqueda

    Se produce cuando le tocas la mejilla; instintivamente se girará hacia un lado en busca del pecho. Este reflejo le permitirá encontrar la comida; por eso se recomienda que cuando tu bebé se distrae mientras está tomando el pecho, roces con tus dedos sus labios para incentivarlo a buscar el pezón nuevamente.
  3. Reflejo de agarre

    Como todos los seres vivos, el bebé necesita sentirse seguro y acompañado. Por eso, en cuanto le acercas tu mano, se aferra a ella con fuerza. Y, de hecho, si intentas quitársela, la apretará más fuerte. Necesita sentir que no está solo.
  4. Reflejo de moro o de sobresalto

    Es la respuesta instintiva a algo que le sorprende. Suele ocurrir cuando oye un ruido demasiado fuerte o lo mueven de repente. Se sobresalta estirando ambos bracitos hacia el costado con los dedos de las manos extendidos. Después volverá a encoger los brazos y, posiblemente, prorrumpirá en un llanto para descargar la tensión acumulada durante esos instantes.
  5. Reflejo de andar o reflejo de paso

    Como todos los mamíferos, los humanos nacemos con la capacidad de desplazarnos inscrita en nuestra identidad. Por eso, si colocas a tu bebé derecho, cogiéndolo por debajo de los brazos, y dejas que sus pies toquen una superficie plana, intentará moverse. De forma natural, moverá las piernas,del mismo modo que lo hacemos los adultos, intentando avanzar.
  6. Reflejo de buceo

    Aunque no debes dejar nunca que el bebé nade debajo del agua, si se pone a un recién nacido debajo de esta durante un momento, nadará feliz y sin ningún problema. Esto sucede porque, al
    igual que lo hicieron durante semanas en el vientre materno, los pulmones se cierran automáticamente en cuanto el niño toca el agua.

¿Cómo fortalecer el lazo afectivo con tu bebé?

Durante el embarazo tu organismo se habrá preparado para alimentar al bebé y no hay duda de que la lactancia materna fortalecerá las defensas de su hijo.

Dar el pecho es una habilidad que deberás aprender con la práctica e irás mejorando a medida que lo haga tu relación con tu bebé. De hecho, a algunas madres les resulta más fácil que a otras. Sin embargo, si surgen dificultades con paciencia y perseverancia podrás superarlas.

Si necesitas ayuda, no dejes de consultar con tu médico quien sabrá orientarte en todo lo que necesites saber sobre la alimentación de tu bebé. No tengas miedo en pedir ayuda. También puedes ponerte en contacto con el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, donde sabrán informarte acerca de los grupos de apoyo de lactancia materna disponibles cerca de tu lugar de residencia.

El bebé suele ser consciente de cuanto le rodea desde el momento del nacimiento. Por esto es primordial el tiempo que pasen juntos, sobre todo las primeras horas de vida lo son. En ese primer contacto debes mirarle a los ojos para estimular el apego, probablemente tu bebé no quite sus ojos de tu cara.

Debes aprovechar ese primer contacto físico para expresarle tus intensos sentimientos. Es conveniente que, durante los primeros días de vida, lo apoyes desnudo contra tu piel a fin de que se familiarice con tu contacto y tu olor.

Háblale en voz baja y calmada; así podrá descubrir que esa es la misma voz que escuchaba cuando estaba en tu vientre. Este vínculo hará que el bebé te conozca y confíe en ti. Es importante que tu pareja haga lo mismo, de este modo el bebé establecerá vínculos afectivos con ambos. Además disfruta de la posibilidad de amamantarle y ser responsable determinante de la salud de tu bebé.

Como ves, los primeros instantes con tu bebé son únicos para ambos. No solo porque entonces se conocen mutuamente, sino porque es el momento en el que el niño descubre que tú continuarás alimentándole y brindándole seguridad. El vínculo, que comienza el primer día de la gestación y se afianza en el primer contacto visual, continuará creciendo en cada una de las sesiones de amamantamiento; momento que debes aprovechar para mimarle, besarle, y asegurarle que a tu lado no puede temer ningún peligro.

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