Cómo Aliviar los Dolores del Parto: ¿Medicina tradicional o Alternativa?

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Aliviar los dolores del parto | Derechos Fotolia

No podemos predecir qué tipo de parto tendremos, sin embargo sí podemos prepararnos de la mejor forma posible para que se trate de una experiencia positiva.

Y para eso es recomendable que estemos bien informadas y mantengamos alta nuestra buena energía para encarar eficientemente esta etapa.

Cosas a decidir antes del parto

Antes de que llegue el momento de dar a luz debemos haber resuelto varias cosas; y cuanto antes lo hagamos, mejor. De este modo, nos aseguraremos un transcurrir ordenado y planificado.

En primer lugar tendremos que decidir el lugar donde deseamos tener a nuestro bebé, en casa o en el hospital. Para tomar esta decisión, debes leer mucho y consultar a los diversos especialistas, para que sepan ayudarte a tomar la decisión más conveniente. En el artículo: Parto en Casa: ventajas y desventajas de dar a luz en casa, puedes leerlo todo acerca del parto en casa.

En segundo lugar, debes resolver quién deseas que te asista y por último, qué tipo de alivio para el dolor escogerás. A continuación te contamos mejor acerca de cada una de las especialidades, dentro de la medicina, que se encargan de asistir a las mujeres durante el parto.

Asistentes al parto

El lugar que escojas para que nazca tu bebé, el tipo de embarazo que estés teniendo (si tienes complicaciones) y cómo se pronostique el parto por parte de los especialistas, serán elementos que definirán cuáles serán los asistentes necesarios en el parto. Los especialistas más importantes de esta rama son:

  • Tocólogos: son médicos cuya especialidad se encuentra dentro de la obstetricia y forman parte del equipo hospitalario preparado para proporcionar la atención prenatal y la del parto propiamente dicho. Cabe mencionar que por lo general, un especialista en tocología solo asiste los partos difíciles; o sea que, si tienes un embarazo de alto riesgo, te enviarán a un tocólogo o quizá a u experto en embarazos de alto riesgo, conocido también como especialista en medicina maternofetal, para que te ayude a prepararte con más rigurosidad a este evento fundamental.
  • Médico de cabecera: si bien se especializan en medicina general, también tienen ciertos conocimientos de tocología, lo cual los cualifica para asistir a mujeres embarazadas durante los nacimientos. De todas formas,  muchos médicos de cabecera, prefieren que dicha asistencia la realice una comadrona, personas que se han preparado específicamente para asistir partos.
  • Comadrona: para una comadrona el cuerpo de la mujer ha sido diseñado para el parto. En este concepto reside la vocación y la puesta en escena de su trabajo. Y, en lugar de intervenir, actúan como asistentes, enfocando la experiencia de dar a luz como algo natural. Entre su preparación se reúnen cuidados prenatales y posnatales.Las comadronas se preparan durante cuatro años y se gradúan en la Organización Colegial de Enfermería de España. Se responsabilizan a mantenerse al día con los avances tecnológicos y los descubrimientos científicos que se hagan, y, de hecho, asumen esta responsabilidad legal. Antes de elegir a la tuya, asegúrate de que reúna estas condiciones para ponerte en buenas manos.
    Según estudios realizados en el Reino Unido, aquellas mujeres que optaron por una asistencia de una comadrona durante el parto, obtuvieron resultados asombrosos, con menos intervenciones y bajos porcentajes de cesárea.
    Las comadronas realizan su trabajo en unidades maternales y hospitales y están habilitadas para asistir al parto en casa. Así que, siempre que no tengas un embarazo de riesgo, podrá acompañarte durante todo el embarazo y ayudarte a traer a tu hijo al mundo. 

El dolor durante el parto

Éste es un tema del que hablarás con cierta periodicidad y que, posiblemente te asuste un poco. Es verdad que el parto suele ser un proceso bastante difícil para toda mujer, por eso es importante que sepas a qué te enfrentas.

El parto es una dura labor. Un trabajo que debe realizar un órgano muscular muy fuerte. Los dolores durante este proceso se deben a que el músculo uterino es liso y los nervios y músculos que lo rodean se verán afectados por la presión ejercida durante el parto.

Los músculos del abdomen tienen que estar relajados a fin de que puedas realizar un eficiente trabajo, empujando al bebé a través de los diversos músculos y expulsándolo fuera del cuerpo. La sensación que experimentes puede ir desde fuertes molestias a un dolor extremo.

Para poder realizar bien el ejercicio físico de dar a luz es imprescindible que te encuentres con buena salud, un grado de oxigenación estable y una alimentación equilibrada. Cuando estos músculos son obligados a trabajar sin oxígeno ni alimento, acumulan ácido láctico, lo que provoca que sintamos más dolor. Por tanto, al igual que lo harías al realizar cualquier otra actividad física, si durante el parto sientes fuertes dolores, es señal de que debes cambiar tu ritmo respiratorio, relajar los músculos y nutrirte correctamente, para facilitar el funcionamiento del útero.

Por otro lado, si llegas al parto con miedo y desconocimiento de lo que te espera, es posible que vivas una situación de estrés que te provoque dolores más intensos.

De todas formas, no debes olvidarte que existen diversos recursos que pueden serte de ayuda en este momento. A continuación te los explicamos con detenimiento.

Estrategias para afrontar el dolor

Durante el parto, todas las mujeres recurren a una o más estrategias analgésicas. Lo que debes saber es que es fundamental en este momento mantener una actitud calmada y positiva, para poder comunicarte correctamente con los médicos; además, debes ser flexible en lo que solicites y escuchar con atención los consejos de quienes te están asistiendo.

Para el alivio del dolor existen dos tipos de tendencias: el uso de terapias de la medicina tradicional (analgésicos y anestésicos) y las técnicas de la medicina alternativa (métodos de relajación, acupuntura). Aquí te explicamos más sobre ellos.

  • Analgésicos: son fármacos que se inyectan por vía muscular o intravenosa. Calman el dolor y pueden hacer que se sienta adormilada si tienen una base narcótica.
    Uno de los analgésicos de uso más habitual es el Pethidine que se inyecta por vía muscular o intravenosa una vez que el parto ha comenzado; permite anular un poco los dolores fuertes y es sumamente útil cuando el parto es largo porque te permitirá descansar entre las diversas contracciones.
    Los analgésicos pueden ser eficientes si tu parto es doloroso, sin embargo tienen el aspecto negativo de limitar la capacidad para levantarte y pasear durante la dilatación, porque harán que te sientas insegura al estar de pie. Además, si se administra cuando el parto está a punto de terminar, puede provocar somnolencia en el bebé, a quien le costará succionar; también puede acarrearle problemas de respiración.
  • Anestésicos: son fármacos que eliminan la sensibilidad y hacen que el dolor desaparezca. Antes de que llegue el momento del parto, es bueno que comentes con el anestesista, acerca de cuál de ellos te administrará. Te presentamos los cuatro más conocidos:
  1.  Bloqueo pudendo: consiste en la inserción de una aguja en la vagina que insensibiliza la zona perineal; podrás notar las contracciones pero sentirás menos dolor. Suele utilizarse cuando se realiza una extracción con fórceps o ventosoa y sus efectos duran hasta la episiotomía y la sutura subsiguientes.
  2. Epidural: es una de las opciones más comunes e utilizada. Bloquea la mayor parte del dolor en el abdomen, aunque se puede seguir notando la presión. Solo puede ser administrada por un anestesista ya que se realiza mediante una insición en la parte inferior de la espalda (entre las vértebras inferiores y la médula espinal). Dicha aguja se encuentra unida a un tubo esterilizado con una bomba, a través del cual se administran los diversos medicamentos, narcóticos y anestésicos. Su ventaja respecto a otras inyecciones es que mientras que el efecto de las otras se anula después de un tiempo, la epidural, gracias a la bomba, proporciona una dosis baja pero constante del medicamento, permitiendo que no sientas dolor alguno mientras estás de parto.
  3. Peridural: Es similar a la epidural pero la aguja y el tubo se insertan directamente en el fluido espinal, también por debajo de la médula espinal. Cuando se inyecta el anestésico en esa zona, la alivia y duerme profundamente. Suele utilizarse en casos en los que se requiere anestesia inmediata, como puede ser una cesárea de urgencia.Con respecto a los aspectos adversos se ha investigado muy poco sobre el efecto de las epidurales en los bebés. Un estudio reciente lo relaciona con el rechazo de algunos bebés a tomar el pecho. En este estudio, las mujeres a las que les administraron epidurales tienen el doble de probabilidades de abandonar la lactancia.
  4. Tranquilizantes: Se trata de relajadores de los músculos, que pueden aliviar la tensión. Suelen administrarse con iun narcótico para maximizar el efecto de una pequeña dosis de este.

Formas naturales de alivio del dolor

El temor y la angustia pueden hacer que el dolor parezca más intenso. Por eso, mantener una actitud positiva y calmada puede ayudar muchísimo a que los dolores del parto no te agobien. Practicar con antelación técnicas de relajación para poner en práctica en este momento puede ser de suma utilidad. Las tres alternativas para enfrentar el dolor sin medicamentos son:

  1. Las técnicas de relajación alivian el dolor porque reducen el grado de ansiedad. Cambiar de postura o caminar también te ayudará a mantenerte alejada de ese sufrimiento.
  2. La acupuntura, practicada en Oriente desde hace varios miles de años, funciona equilibrando la energía de todo el cuerpo mediante el uso de agujas ultrafinas que se insertan en la piel en diversos puntos. Suele ser muy eficiente durante el parto para aumentar o disminuir la fuerza de las contracciones, para controlar el dolor y para ayudar al bebé a pasar por el canal de parto. De todas formas, debes informarte bien acerca del procedimiento médico y buscar con cautela al profesional que te lo practicará. Para ello, conviene que lo veas mucho antes de la fecha que darás a luz para que puedas analizar y discutir las diversas técnicas y terapias.
  3. La hipnosis y la reflexología permiten alcanzar un máximo grado de relajación por parte de la madre, consiguiendo que los dolores no se hagan presentes y que el bebé nazca de una forma natural y sin ocasionar dificultades ni sufrimiento en su madre.
¿Sabías qué..? Una forma sorprendentemente eficaz para aliviar el dolor durante el parto es sumergirse en agua. Bajo el agua nos relajamos y entonces las contracciones son más fáciles de soportar. El uso del agua en la primera fase del parto reduce el empleo de la anestesia epidural y también el dolor.
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