¿Existe realmente un modelo de familia que podamos considerar adecuado o ideal? ¿Hay razones para limitar la posibilidad de una pareja a criar niños?
Seguramente sí las hay, pero no tienen que ver con la sexualidad de los adultos, sino con las capacidades para amar y cuidar de alguien. Lamentablemente, el ojo de quienes buscan desacreditar a las parejas homosexuales está puesto en el género y no en las aptitudes.
Sin embargo, se han realizado numerosos estudios que demuestran que los niños que se crían en un entorno homoparental no presentan perjuicios en su desarrollo social y psicológico, con respecto a aquellos que lo hacen en una familia heteroparental. Te lo explicamos todo a continuación.
Entorno amigable y dialogístico
Hace ya varias décadas que los especialistas en trastornos mentales han descartado la homosexualidad del Manual de Diagnósticos de Desórdenes Mentales. Sin embargo, muchas personas continúan teniendo sus dudas en torno a lo saludable o no que puede ser la crianza de un niño en un entorno que sea diferente al establecido como “normal”, es decir: heterosexual.
Se han realizado diversos estudios a lo largo de todo el mundo y en las múltiples áreas de la ciencia, como la pediatría, la sociología y la psicología. El objetivo era comprender si existen realmente consecuencias negativas en el desarrollo emocional y social de los hijos de padres homosexuales, y los resultados han sido determinantes. No existen desventajas respecto de otros menores de familias tradicionales.
Según un estudio realizado en Australia conocido como “The Australian Study of Child Health in Same-Sex Families” (Estudio australiano de salud infantil en parejas del mismo sexo), los niños que crecen en hogares compuestos por padres o madres del mismo sexo crecen igual o mejor que los que poseen un papá y una mamá.
En dicha investigación se demostró que estos niños crecen en un ambiente de confortabilidad y bienestar que, muchas veces, puede ser mucho más aconsejable que el que pueden ofrecer dos padres heterosexuales. En muchos casos se debe a que estos últimos no tienen una vida sexual plena y se sienten sumamente exigidos por el entorno, mientras que los homosexuales son más libres y llevan la vida exacta que desean. Según dicho estudio, una pareja de homosexuales puede ofrecer una estabilidad y una vida saludable y feliz envidiable.
Los resultados preliminares de dicho estudio dejaron en evidencia que no pueden establecerse diferencias en la conducta emocional y la autoestima, entre niños de familias de padres homosexuales que heterosexuales. Es más, cuando los investigadores analizaron el nivel de salud de los niños y la unión de las familias, comprobaron que la estabilidad ofrecida por las parejas homosexuales es mayor y que estos niños crecen con una mayor cercanía y bienestar que el promedio nacional.
Cabe señalar que dicho estudio se realizó con un conjunto de 500 niños australianos que se encontraban entre los 0 y los 17 años de edad. Y entre 315 padres gays, lesbianas y bisexuales que participaron de la investigación, el 93 por ciento se hallaba en pareja y el 80 por ciento eran mujeres.
Los resultaron fueron concluyentes, según lo expresó el principal investigador de la Universidad de Melbourne, Simon Crouch: los niños de familias del mismo sexo tuvieron un mejor desempeño en aspectos como la cohesión familiar, debido a que en estos círculos familiares existe una mayor contención.
En las familias homoparentales existe una mayor disposición para el diálogo y para abordar los problemas de forma positiva, sobre todo aquellos temas relacionados con las burlas y el acoso escolar. Debido a que sus padres son conscientes de cómo se viven estas situaciones de desprecio, son capaces de aconsejar a sus hijos y ayudarlos a convertirse en personas más resistentes, lo que los vuelve más hábiles en su manera de enfrentar sus propios problemas.
Son cada vez más las parejas homosexuales que se atreven a encarar la paternidad. Y si bien, la mayoría de los niños que crecen en hogares constituidos de este modo, tienen que enfrentarse a discriminaciones como la homofobia, el rechazo abierto y las burlas, al tener un núcleo familiar amigable y unido, son capaces de hacerlo de una forma mucho más madura que los niños de parejas heterosexuales. Posiblemente porque se sienten menos solos y son capaces de poner en palabras a tiempo sufrimientos que, en otros casos, los niños no son capaces de compartir, como puede ser el acoso escolar.
Familias homoparentales en España
En España también se han realizado estudios de este tipo. Uno de ellos fue el desarrollado por el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, que intentaba analizar la integración que estas familias, constituidas por personas de un mismo sexo, tienen en el resto de la sociedad.
Pese a que a nivel administrativo, social y laboral estas familias sufren de una alta discriminación, en la escuela la discriminación suele ser positiva y sus hijos crecen en un ambiente de integración.
Cabe mencionar que las personas homosexuales que acceden a la paternidad/maternidad en España suelen tener alrededor de 37 años, una estabilidad emocional más firme y un pasar económico también equilibrado y en general, bueno.
Este estudio se ha realizado en un total de 71 familias con hijos cuyas edades comprendían entre el mes de vida y los 18 años, y donde el 73,2% estaban encabezadas por mujeres. Y dejó en evidencia que las familias homoparentales se sienten integradas socialmente y viven pocas experiencias de discriminación. Además, pueden satisfacer perfectamente las necesidades de sus hijos e hijas.
Todavía hay mucho trabajo que hacer. La discriminación se ve en los medios de comunicación, en la sociedad y en el mercado laboral, así como también en algunos círculos familiares, donde hay discriminación negativa por parte de parientes cercanos tanto para quienes forman las parejas como para sus hijos. Sobre todo, se dan estas situaciones en familias numerosas. Esto deja en evidencia que en España la homosexualidad es más aceptada en el entorno social que el seno familiar.
A nivel legal, el claro ejemplo de esta discriminación reside en que en los asuntos administrativos, como puede ser formularios para cumplimentar, no se incluye la diversidad familiar como una opción; así como tampoco se le da un espacio en el curriculum educativo o en la decoración de las escuelas.
Algo sumamente interesante y para destacar es que las mayoría de las familias homoparentales conversan abiertamente con sus hijos acerca de la orientación sexual y las diferencias que existen entre unas familias y otras, siendo un tema sumamente habitual en el diálogo familiar. Esto permite que los niños descubran quiénes son y sientan la libertad de decirlo.
Por otro lado, el hecho de que los progenitores sean de una determinada orientación sexual no determina la inclinación de los hijos; de hecho, la mayoría de los padres de estas familias provienen de familias heterosexuales y no por ello siguieron el camino de sus padres.
Discriminación Legal
Aún continúa existiendo una cierta discriminación para las familias formadas por hombres solos.
A nivel legal, en España, así como en la mayoría de los países que aceptan el matrimonio igualitario, se permite la inseminación artificial y la fecundación in vitro para las parejas de mujeres solas; mientras que la gestación subrogada (única forma accesible para las parejas de hombres solos, a excepción de la adopción) sólo es permitida si se realiza fuera del país.
Estudios sobre familias homoparentales a lo largo del mundo
A continuación te presentamos otros resultados interesantes:
- En Canadá, la Asociación Canadiense de Psicología (CPA) realizó un estudio de similar envergadura que permitió descubrir que los hijos de parejas homosexuales no son diferentes a los hijos de parejas heterosexuales en cuanto al desarrollo psicológico y de identidad de género.
- En el Reino Unido un estudio realizado por el Centro de Investigación Familiar de la Universidad de Cambridge dejó en evidencia que no hay muchas diferencias en las experiencias entre ambos tipos de familias; sin embargo, existen niveles más altos de síntomas depresivos en padres heterosexuales, que podría modificar claramente el comportamiento de sus hijos de forma negativa.
- En Italia la Asociación Italiana de Psicología manifestó en un reciente estudio que lo que es importante para el bienestar de los niños es la calidad del entorno familiar que pueden ofrecerles los padres, y esto es absolutamente independiente de su identidad sexual, del tipo de pareja que tienen o si no la tienen.
- En Sudáfrica, en un estudio hecho por la Sociedad Sudafricana de Psicología se vieron reflejadas las desventajas a las que todos parecen temer, y que no se han expresado en la realidad. De hecho, en este estudio se analizó el comportamiento de rol de género, la identidad de género, la posibilidad de sufrir abusos, de desarrollar problemas de autoestima o de conducta, y no pudo notarse ninguna complicación respecto a los hijos de familias heteroparentales.
- En Brasil, el Consejo Federal de Psicología expresó posteriormente a la pertinente investigación que no existe ningún fundamento teórico, científico o psicológico que pueda condicionar la orientación sexual como un factor determinante del ejercicio de la paternidad/maternidad. Y recalcaron la importancia de que los niños tienen la necesidad de contar con un grupo en el que reciban afecto y cuidado y se sientan contenidos. Cosa absolutamente independiente de la estructura del núcleo familiar.
Claras conclusiones
Seguramente has oído hablar de los estudios realizados por Mark Regneurs de la universidad de Texas o de Georfe Alan Rekers, de Florida, que se oponen rotundamente a lo antes plasmado.
Creemos que es importante señalar que las declaraciones de ambos respecto a que los niños de parejas homosexuales tienen un desarrollo inestable y que sufren de desequilibrios mentales, son totalmente infundadas; de hecho, ambos han perdido sus acreditaciones, debido a la escasa rigurosidad científica de sus afirmaciones.
Para terminar podemos agregar que no se tienen hasta la fecha estudios que prueben que las familias homoparentales puedan criar niños con menos posibilidades de desarrollarse positivamente. Por ende, no existe ninguna razón para estar en contra de la homoparentalidad, más bien habría razones de sobra para promoverla.
¡Ojalá que muy pronto podamos ver revistas de maternidad y paternidad que incluyan imágenes y consejos para padres homosexuales en la misma proporción que lo hacen para padres de ambos sexos o solteros!
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