Un Bebé de Nalgas ¿Cesárea o Parto vaginal?

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¿Cesárea o Parto vaginal? | Derechos fotolia

A medida que se va acercando el momento de dar a luz, debes empezar a prepararte para el parto, tanto física como emocionalmente.

Es el momento de pensar en qué cosas puedes hacer para sentirte más cómoda y resolver aquellas preocupaciones referentes al alumbramiento.

¿Y si tu bebé viene de nalgas? ¿Hay algo que puedas hacer para resolver esto o la única solución es que te hagan una cesárea? Si continúas leyendo, puede que en tan solo un momento, te sientas más tranquila.

Mantener la calma es primordial en la última etapa

Si bien el parto es una experiencia sumamente física, en ella también se ponen a prueba nuestros nervios y estabilidad emocional. Esto significa que, por mucha preparación que realices en el plano físico, si no la acompañas con un trabajo emocional, puede que no consigas arribar al momento del alumbramiento con la confianza necesaria en ti misma necesaria. Por eso, lo ideal es que comiences pronto a preparar esta parte de tu vida, tu interior, y que intentes vivir a pleno este momento, estando dispuesta afrontar los riesgos y problemas con una sonrisa.

Debes tener presente, además, que los temores emocionales pueden tener un efecto físico muy directo en el parto. Ya que, si no estás bien preparada, las contracciones normales podrían hacerte creer que algo va mal y posiblemente juntarás tensión y temor. Esto alterará tu respiración, aumentando la tensión de tus músculos y el dolor; además, podría provocar la disminución del flujo de oxitocina (que hace que el útero se contraiga), lo que haría de esta experiencia algo sumamente difícil de afrontar por tu parte.

Por otro lado, de tu bienestar también depende la preparación del bebé a este momento. Puede que decida no darse vuelta porque tu alteración lo desoriente o asuste y se quede de nalgas. ¿Sabías que, muchas veces, los bebés “toman esta decisión” a causa del comportamiento de la madre?

Sí, como lo lees. Nuestra forma de enfrentarnos a esta última etapa puede afectar muchísimo al bebé. Si estamos muy nerviosas, le transmitiremos nuestro temor y ¿quién desearía salir de un refugio confortable si teme que afuera lo esté esperando algo terrible, algo que angustia tanto a su mami?

Te recomendamos nuestro artículo: 5 Consejos para Aliviar tus Temores de cara al Parto

4 consejos de cara al período final del embarazo

Pero la preparación emocional también debe ir acompañada de un entrenamiento físico. Si sabes qué hacer y cómo hacerlo, seguramente te sentirás más segura de ti misma y no te asustará que llegue este momento clave. Por otro lado, si tu cuerpo se encuentra entrenado para el trabajo de parto, posiblemente te resulte mucho más sencillo y puedas disfrutar de él como lo has hecho con el resto del embarazo.

Como ya te lo hemos dicho en otros artículos la práctica de ciertos ejercicios puede ayudarte muchísimo en esta preparación. Además, existen ciertas opciones con las que puedes acompañar dicha actitud activa.

Una buena forma de encarar esta última etapa es, por ejemplo, comenzar cada día con la idea de que puede ser el último como embarazada y mañana el primero como madre. Para eso, te conviene tomar una serie de consejos que podrían colaborar con tu estabilidad física y emocional. Estos son:

  1. Llevar ropa ligera y cómoda. En estos días sentirás más calor del habitual debido al aumento de los depósitos de grasa y a la aceleración de tu metabolismo así que lo mejor es ropa holgada que te ayude a sentirte a gusto, pese a todo.
  2. Procurar dormir todo lo que puedas. Posiblemente durante la noche debas levantarte muchas veces al lavabo. Aprovecha el día para complementar el sueño con siestas cortas en diferentes momentos.
  3. Estar hidratada. A fin de responder a la aceleración del metabolismo y aliviar también la hinchazón de pies y piernas lo mejor es beber mucho líquido, agua sobre todo.
  4. Aumentar la ingesta de proteínas. En la última etapa los dolores y molestias pueden ir en aumento. Procura consumir alimentos ricos en proteínas que te ayudarán a aliviarlos.

Formas en las que puede colocarse el bebé

Durante los primeros meses el bebé vive moviéndose. De cara al final del embarazo, el espacio se reduce y debe adoptar una postura fija porque los movimientos le son más trabajosos. Sin embargo, no siempre se coloca de la forma ideal para el momento de nacer. Existen tres posturas diferentes.

  1. Cabeza abajo. Es la mejor postura para el nacimiento; por algo más del 95% de los bebés la adoptan antes del inicio del parto. Dicha postura puede ser occipitoanterior (si el bebé tiene la espalda hacia el abdomen de la madre) o occipitoposterior (si la tiene hacia la columna vertebral. Ésta puede provocar fuertes dolores de espalda durante el parto).
  2. De nalgas. Hasta un 4% de los bebés se coloca de nalgas o los pies hacia abajo. Esto se conoce como presentación de nalgas. Algunos médicos aconsejan directamente la cesárea debido a que puede existir un pequeño pero importante riesgo, en el parto vaginal de un bebé en esta postura; sobre todo, si se trata de una madre primeriza.
  3. Transversal. Menos de un 1% de los bebés están colocados a través del útero. Esta posición se conoce como transversal u oblicua y hace que el parto vaginal sea imposible.

¿Cesárea obligada para un bebé de nalgas?

Como ya lo hemos dicho, cuando el bebé es todavía muy pequeño, es decir cuando todavía no ha cumplido las 32 semanas de vida, tiene todo el espacio para moverse a su antojo, y de hecho es normal que cambien de postura con frecuencia. Después de esta fecha, la mayoría ya se acomoda y se queda en su postura favorita, esperando el momento de nacer. Los médicos pueden conocer cuál es la postura en la que el bebé se encuentra palpando el abdomen de la madre.

Muchos médicos no se quieren arriesgar y proponen enseguida una cesárea programada, sin embargo, no siempre esto es necesario. Deberías saber que existen algunas cosas que puedes hacer para intentar modificar esta situación e incluso tener presente que tu hijo puede cambiar de posición a horas de nacer.

Si está colocado de nalgas o transversal, existe la posibilidad de ayudarlo a adoptar la postura en vértice o cabeza abajo, para ello existen una serie de técnicas. Si prácticas posiciones de yoga durante el embarazo, por ejemplo, seguro que podrás ayudarlo a comportarse de la forma más beneficiosa para los dos. Otros métodos son:

  • Giro de nalgas Acuéstate de espaldas con las rodillas dobladas y coloca cuatro cojines debajo de las nalgas, para que la pelvis esté más alta que el estómago. También puedes arrodillarte en el suelo con las nalgas levantadas hacia arriba y la cabeza apoyada en los brazos doblados. Permanece durante 10 minutos en esta posición y repite este ejercicio todos los días. Al estar más alta que el estómago, la pelvis permitirá que la cabeza del bebé flote, lo cual lo animará a darse la vuelta para que la cabeza se mueva hacia arriba.
  • Visualización
     

    Esta técnica fue desarrollada por la doctora Juliet DeSa Souza, después de comprobar que más del 89% de las presentaciones de nalgas conseguían revertirse con este método. Consiste en concentrarte en relajar el abdomen (debes tener el estómago vacío) mientras visualizas al bebé dándose la vuelta. Después de dos o tres semanas realizando este ejercicio, posiblemente el bebé se habrá dado la vuelta.
  • Técnica fetal externaSi el bebé no se da la vuelta antes de las semanas 37 de embarazo, algunos tocólogos practican una técnica externa manipulando el abdomen de la madre para que el bebé gire lentamente. Este procedimiento no carece de riesgos, que tu tocólogo sabrá explicarte con detenimiento. La técnica externa se lleva a cabo generalmente entre la semana 37 y 38, cuando hay suficiente líquido amniótico para permitir cierto movimiento. La tasa de éxito puede variar entre el 50% y el 70%.

Existen otras técnicas que se conocen como moxibustión, inversión, acupuntura o incluso el diálogo con el bebé, rogándole que se dé la vuelta para ayudarte en esta última etapa.

Además, es muy recomendable la natación y mantenerte en posiciones en las que la tripa quede mirando hacia abajo y la cabeza también. En tal caso, es ideal adoptar la postura del rezo mahometano 3 veces al día durante 20 minutos por lo menos (aunque esto último se debe comenzar a realizar hacia la semana 30 para conseguir máxima efectividad).

Parto de nalgas

Un parto de este tipo se considera un ensayo; es decir, es posible comenzar con el trabajo pero solo se continuará con el alumbramiento vaginal si sigue un curso normal.

Algunos médicos no administran ningún medicamento si la evolución es lenta, porque esa lentitud podría significar que el bebé es demasiado grande para pasar por la cavidad vaginal. Cualquier desviación de un parto normal hará que el médico recomiende una cesárea.

Cuando el cérvix está completamente dilatado, la práctica común es esperar que se vean las nalgas del bebé en la entrada de la vagina antes de pedirle a la madre que empuje. Si el parto vaginal prosigue, se suele dejar que el bebé sea expulsado de forma más natural hasta la salida al exterior de las piernas y el cuerpo. Entonces el médico extrae los hombros y la cabeza. En ocasiones es necesario hacer una episiotomía y emplear el fórceps.

La presentación de nalgas no siempre significa cesárea. Si los médicos deciden que el alumbramiento vaginal está exento de riesgos, el bebé nacerá de nalgas.

En un parto de nalgas, primero salen las nalguitas, seguidamente el cuerpo y por último la cabeza. Generalmente, antes de que salga la cabeza, se realiza una episiotomía ya que, al tratarse ésta del órgano más grande del feto, y como el conducto vaginal no se encontrará en dicho momento lo suficientemente dilatado, su paso por él puede comprometerla.

Cuando salga el cuerpo del feto, su peso tirará de la cabeza hacia la parte inferior de la vagina. Entonces la comadrona levantará el cuerpo y lo vencerá ligeramente hacia atrás, y un empuje bastará para sacarla. Posiblemente con el objetivo de proteger su cabecita, se utilizarán fórceps.

Cabe señalar que, en la actualidad es bastante común recibir anestesia epidural en caso de presentación de nalgas. Se hace para impedir que la madre empuje cuando el cérvix no está completamente dilatado, aunque al mismo tiempo, garantiza la práctica sencilla y rápida de una sección cesárea, sin necesidad de otra anestesia.

Motivos por los que un bebé se pone de nalgas

Si el bebé está de nalgas en torno a las últimas semanas se realizaran controles exhaustivos de monitores cardiotocográficos, para ir valorando que todo esté bien, e incluso pruebas ecográficas para comprobar que no disminuye más el líquido que tienes. Lo habitual es que se encuentren 4 lagunas de líquido, pero a veces aparecen tan solo 2 de tamaño superior.

Los motivos que llevan a un bebé a ponerse de nalgas pueden ser muchos. Uno de ellos, al cual se le presta una especial atención es que la madre se encuentre sumamente nerviosa o estresada. Es cierto que es muy difícil que te pidan que te relajes, pero debes hacerlo, porque así todo será más dificil para ti que para el bebé. Debes conseguir un estado de relajación profunda. Intenta estar informada y no hacer caso a todo lo que te cuenten acerca del embarazo, porque existen muchos mitos que no tienen ningún basamento en la realidad.

Por otro lado, es recomendable que si vas a realizar un parto vaginal pese a que tu niño venga de nalgas, intentes hacerlo en un centro hospitalario con personal especializado en este tipo de operaciones.

Si te han recomendado la cesárea, puedes sugerirle a tu ginecólogo esperar a ponerte de parto y no planificarla con antelación, por si a último momento el peque cambia de opinión y se pone de cabeza. Intenta sobre todo que te respeten al máximo y que intenten cumplir tus preferencias respecto a los diversos temas en la medida de lo posible. De no ser posible, que te expliquen las razones y te ayuden en esta situación. Si finalmente deciden realizarte una cesárea, solicita una ecografía a último momento, ya que algunos bebés se dan la vuelta recién llega esta instancia, y/o con las contracciones de parto.

Pese a que muchas embarazadas son reacias a participar de las reuniones de preparto, deberías saber que a
cudir a ellas y realizar los ejercicios que te recomiendan también te ayudará a tranquilizarte. Por otra parte, conocerás a muchas otras mujeres en tu misma situación y podrás compartir con ellas tu experiencia. Sin mencionar que tendrás a tu lado a gente capacitada que podrá responder a todas esas incógnitas que te aquejan. Entre las que se encuentran, no solamente las cuestiones relativas sino al período posterior al nacimiento del bebé, como el inicio de la lactancia.

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