En torno al embarazo existe todo un halo de misterio. Pese a que son muchísimas las mujeres que han pasado por esta experiencia, es muy difícil saber con antelación cómo vivirá la madre este proceso.

Quizás por eso es que a lo largo de los siglos se han divulgado una serie de mitos que, teóricamente, ayudarían a predecir el ignoto futuro. Sin embargo, la mayoría de ellos son falsos.

A continuación te presentamos doce cuentos chinos sobre el embarazo que, en realidad, no son más que tonterías.

1 – Mito de la acidez

En algunas culturas se cree que si una mujer embarazada sufre de acidez, su bebé tendrá mucho pelo en la cabeza. Ésta es una creencia absolutamente infundada; de hecho no existe una razón científicamente probada de por qué hay bebés que nacen con más pelo que otros. De todas formas, casi todos lo pierden en las primeras semanas de vida.

2 – Mito del desplazamiento del cordón umbilical

Hay personas que creen que si una embarazada levanta las manos por encima de su cabeza, puede ahogar al bebé. Según este mito, los movimientos bruscos de la madre podrían provocar que el feto se enredase con el cordón umbilical impidiéndose a sí mismo la respiración. Sin embargo, esta creencia también es absolutamente errónea.

3 – Mito de la maldición

Este mito dice que cualquier persona que le niegue un antojo a una mujer embarazada, tendrá un orzuelo. No es cierto. Aunque, claramente, no les recomiendo hacerlo, ya que podrían exponerse a amenazas y reproches asesinos, que, en muchos casos, pueden ser aún más dolorosos que cualquier orzuelo.

4 – Mito del ritmo cardíaco

Según una creencia, si el ritmo cardíaco del feto es rápido, se trata de una niña, y si es lento, de un niño. Si bien es cierto que existe una ligera diferencia entre el ritmo medio de los varones y el de las nenas, no es lo suficientemente significativa como para poder establecer una estadística que ayude a predecir con claridad el sexo del bebé.

5 – Mito de que lo feo es contagioso

Según lo expresa una vieja tradición, si una mujer embarazada ve algo que según su criterio es desagradable o feo, su bebé nacerá feo. ¿Creen acaso que esto pueda ser cierto? Pues, no lo es. Las características físicas del bebé claramente estarán condicionadas por cómo son sus progenitores. De todas formas, los madres siempre vemos preciosos a nuestros bebés, por lo que este mito no debería quitarnos el sueño.

6 – Mito de la cocina internacional

Muchos creen que si una mujer embarazada come alimentos muy condimentados, puede provocarse el parto. Esto no es cierto; por muy delicioso que sea el plato, jamás provocará que tu bebé venga antes de lo previsto al mundo. Lo que sí puede ocurrir es que se te haya ocurrido comer picante justo cuando él estaba por nacer. Por lo que, en este caso, seguramente relacionarás los acontecimientos, aunque no tengan nada que ver entre sí.

7 – Mito del café

Otro mito similar al anterior dice que si un bebé nace con algunas manchitas de color castaño claro en la piel, es porque su madre bebió demasiado café o no satisfizo algún antojo durante el embarazo. ¿Sabes qué? ¡Tampoco es cierto!

8 – Mito del sexo fabuloso

Otra creencia popular dice que si una mujer embarazada tiene sexo de una forma muy apasionada puede provocarse el parto. ¡Otra falacia absoluta! Aunque sería agradable después de haber disfrutado a lo grande, tener al peque y poder ahorrarnos los sacrificios del parto, ¿no?

9 – Mito de la cara redondeada

Muchas personas creen que si una mujer coge redondez en la cara durante el embarazo, es porque quien viene en camino es una niña; mientras que si lo que engorda es su trasero, se trata de un varoncito. Ninguna de las dos afirmaciones es cierta. El sexo del bebé no influye en absoluto en la forma en la que la madre acumula la grasa, es propio de su metabolismo, así que ¡nada de culpar al pobre bebé!

Otro mito similar dice que si a la madre le crece o ensancha la nariz, el bebé será una nena; porque según la creencia popular la hija siempre roba la belleza de la madre. Algo un tanto extraño y, por supuesto, absolutamente falso.

10 – Mito de la forma del abdomen

Otro fantasía semejante dice que si el abdomen de la madre es redondo, el bebé será una niña; en cambio, si termina en una punta, será un varón. ¡Olvídalo! La forma del abdomen difiere, sin lugar a dudas, entre las embarazadas; sin embargo, no tiene nada que ver con el sexo del bebé.

11 – Mito de la doncella de la Luna

Según este mito, muchas mujeres se ponen de parto cuando hay Luna llena. Es una historia que sobre todo se cree en las zonas rurales, donde los animales suelen dar a luz en esta etapa lunar; sin embargo, no es algo que los profesionales de la obstetricia puedan sostener con datos científicos. También la policía asegura que las comisarías suelen llenarse couando hay Luna llena, sin embargo, esto puede significar poca cosa como para creer en ella.

12 – Mito de que la ecografía lo revela todo

Según este mito, la ecografía siempre revela el sexo del bebé. Sin embargo esto no es cierto. Si bien entre las semanas 18 y 20 de gestación es posible observar los genitales del feto, no siempre ocurre. De hecho, para conocer su sexo es necesario que la criatura esté en una posición que permita una buena visión. Y, muchas veces, el especialista no logra ver nada; sobre todo si se trata de un bebé que no quiere colaborar. Por otro lado, el médico también puede equivocarse, especialmente si hace la ecografía al principio del embarazo. Así que, aunque la mayoría de las veces es posible descubrir el sexo del bebé en la ecografía, no está garantizado al 100 %.

Dicho todo esto, sólo resta agregar que la mejor manera de disfrutar de estos nueve meses es dejando de preocuparnos por los mitos y las leyendas que nos cuenten. Y preparándonos para realizar la labor de madres de la mejor forma que podamos. Si es varón, nena, peludo o nace antes de tiempo, no hará la diferencia realmente. ¡Lo importante es que podremos mimarle y amarle muchísimo!