Reducir la Mortalidad de la Madre en el Parto

Reducir mortalidad materna

Reducir la mortalidad Materna | Foto fotolia

Pese a que en nuestra Era la mortalidad materna es muy inferior a la que se contabilizaba a principios de siglo pasado, todavía sigue siendo un tema preocupante para la ciencia. Y los números que salpican las estadísticas muchas veces resultan desalentadores.

La mayoría de los casos, sin embargo, se desprenden de una escasa previsión y concienciación de los peligros que conlleva la gestación. Ya que, si bien el embarazo no es una enfermedad, se trata de una cuestión delicada que debe ser atendida rigurosamente.

En este artículo te lo contamos todo acerca de la mortalidad durante el parto y te ofrecemos una serie de consejos que puedes tener en cuenta para asegurarte un embarazo feliz y un parto fabuloso.

Morbilidad materna en España

Una de las razones por las que todavía no consigue reducirse la tasa de morbilidad materna está relacionada con el mal uso de métodos anticonceptivos.

Muchas mujeres que mueren durante el parto ya han sido madres en varias ocasiones y no estaban en condiciones de tener más hijos (por enfermedades, edad avanzada u otras causas) y, quedaron encintas a causa de un descuido.

Esto significa que si existieran métodos de planificación familiar donde se abogara por el uso de anticonceptivos, esta tasa podría cambiar. Cabe mencionar que una mujer embarazada (que no ha utilizado métodos contraceptivos) que está entre los 15 y los 19 años de edad tiene un 20 veces más posibilidades de enfermar o morir por causas derivadas del embarazo o parto, que aquellas mujeres que sí los utilizaron.

Otra causa de morbilidad son las complicaciones en parto. Los más difíciles son aquellos que derivan de un embarazo fabuloso pero que presentan una alteración crucial a pocas horas de nacer el bebé, cuyas consecuencias son irrefrenables.

Es importante mencionar que la mayoría de las muertes maternas ocurren por complicaciones surgidas durante el trabajo de parto y el alumbramiento propiamente dicho. Muchas veces a causa de factores de riesgo como alguna enfermedad pulmonar, diabetes, obesidad, y antecedentes de cirugía abdominal o pélvica.

Pero seguramente una de las complicaciones que más vidas se cobra, son las hemorragias. Según las últimas estadísticas, la tasa de morbilidad materna en España es de 4,7 mujeres de cada 100.000 nacidos vivos. Mientras que la mortalidad perinatal es de 8,3 fallecimientos por cada 1.000 nacimientos.

La mayoría de las veces dichos problemas surgen por cuestiones relacionadas con un mal manejo del embarazo.

Al día de hoy muchas mujeres no hacen un seguimiento prenatal de la gestación lo que las lleva a poner en riesgo su vida y la de su bebé. Y, aunque el control de los embarazos en España esté por encima de muchos otros países, esas familias que no son conscientes de la importancia de la asistencia detallada durante el embarazo, corren peligro.

Para resolver este problema es fundamental que se tome conciencia acerca de la importancia de un temprano diagnóstico del embarazo, así como también del seguimiento de toda la gestación.  De este modo, se podría detectar a tiempo cualquier complicación, como malformaciones fetales, problemas en la placenta, afecciones cardíacas y, sobre todo, conocer la situación hemodinámica de la madre (reduciendo la morbilidad materna provocada por las hemorragias durante el parto).

La ciencia frente a la morbilidad materna

Con el objetivo de reducir los riesgos del embarazo, la Organización Mundial de la Salud creó un departamento especializado en la temática. Sus objetivos son presentar diversas propuestas que busquen paliar los índices de muerte materna durante el parto. Este departamento debe procurar también la salud neonatal; lo hace con la implementación de técnicas avanzadas y de intervenciones durante el parto, apoyándose en programas que han demostrado su eficacia.

Una de las cosas que se considera fundamental para tal efecto, es la integración de la atención del parto con el embarazo; es decir, la implementación de exhaustivos seguimientos preconcepcionales y prenatales a fin de asegurar partos más inequívocos.

Por otro lado, se hace hincapié en la especialización de los médicos en las diversas complicaciones que se desprenden del parto. De este modo, las madres podrían recurrir a especialistas que puedan tratar su problema en particular con absoluta diligencia y eficacia. Y, como última instancia, se promueve la formación de una mayor cantidad de matronas en el mundo a través de cursos y material a su disposición.

Cabe mencionar que para una buena atención prenatal es fundamental la participación individual. Cada familia debe involucrarse activamente en el proceso de gestación, participando de actividades comunitarias y colaborando con la difusión de una salud más consciente e integral.

El caso de Caroline Lovell

El trabajo de quienes desean colaborar con la salud es arduo. Sobre todo, teniendo en cuenta que la salud gira en torno a miles de intereses que se anteponen a la seguridad y a las mejores decisiones que deben tomarse.

Cuando tiene lugar una situación de mortalidad materna durante el parto suele haber mucho revuelo, sobre todo si el parto ha tenido lugar en la casa de la embarazada. Los medios lo magnifican todo e intentan ponerse del lado de los intereses económicos, dejando a un lado las verdaderas razones por las que hay personas que defienden el parto en casa.

Así ocurrió con la muerte de Caroline Lovell, una fotógrafa australiana que defendía el parto domiciliario y que estaba convencida de que todo lo relacionado con la maternidad debería ser más natural y alejarse de lo medicalizado. Tras su fallecimiento, los medios hicieron hincapié en que la muerte había tenido lugar después de dar a luz en casa, utilizando para ello titulares sensacionalistas como el siguiente:

“Muere la defensora de los partos en casa mientras daba a luz en su hogar” (Diario El Mundo del 4 de febrero de 2012)

Lovell deseaba que el gobierno de su país ofreciera asistencia profesional al parto domiciliario y esperaba que las cosas cambiaran como cualquier otra mujer que desea la naturalización del parto; sin embargo, no era una activista y, de hecho, nada se sabía de su vida privada. Al fallecer, los medios se hicieron eco de su historia y, manipulando la información, encontraron el titular perfecto para apalear esa idea cada vez más difundida del parto en casa.

Cabe mencionar también que Lovell no murió mientras daba a luz, sino después de varias horas, mientras se encontraba en el hospital. La pregunta es ¿podría haberse salvado su vida de haber dado a luz en el hospital? La respuesta es tan imprecisa como lo es esa nota citada en el párrafo anterior. Lo que sí está claro es que, de haber muerto tras un parto hospitalario, posiblemente su historia no habría llegado a nuestros oídos.

Tú puedes marcar la diferencia

En torno a este tema existen múltiples opiniones contrarias. Los que se cuelgan la bandera de la salud sistemática argumentarán que los partos hospitalarios son más seguros y que dar a luz en casa es una negligencia; mientras que los que abogan por un parto natural expresarán que siempre es mejor dar a luz en casa, contando sus cientos de razones para decirlo.

Pero no todo es blanco o negro, y en ese punto que se ubica al medio de ambos es donde nos conviene pararnos. No todos los partos en casa son seguros. Es primordial que tengamos una noción de las consecuencias a las que vamos a enfrentarnos y tomemos la decisión en base a eso; pero aún así nunca tendremos total seguridad al escoger una u otra atención dado que, como el resto de las cosas que nos ocurren en la vida, hay un gran porcentaje de las probabilidades que lo decide el azar.

Por último te recordamos que la consciencia a la hora de gestar puede marcar una línea a tu favor, si lo deseas. Planificar con mucho tiempo de antelación tus embarazos, haciendo un seguimiento previo, durante la gestación y después de ella, te permitirá tener una mejor calidad de vida. De este modo, te asegurarás una buena salud no solo durante tu primer embarazo sino en los siguientes.

A su vez, escoger con buen criterio a tu obstetra puede serte de mucha ayuda. Si quien te atiende es una persona con la que te sientes segura y comprendida es posible que lleves con más confianza el embarazo y que te encamines al parto sin todos los temores que embarga a la mayoría de las madres.

No obstante, y pese a todo lo dicho, debes saber que la mortalidad materna existe y no siempre es evitable. Lo importante es tomar la mayor cantidad de precauciones posibles y asegurarte, dentro de lo que cabe, un parto saludable.

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