Durante el embarazo nos recomiendan dormir del lado izquierdo y hay toda una explicación científica para este consejo. Pero ¿qué justificación existe para entender las razones que nos llevan a acunar a nuestros hijos del mismo lado? ¿Te lo has preguntado? Aquí te contamos las diversas hipótesis que se han desarrollado en torno a este interesante tema.

Según lo manifiestan múltiples estudios, el 80% de las personas tendemos a acunar a nuestros hijos sobre el lado izquierdo de nuestro cuerpo. Y esto es indiferente de si somos zurdos o diestros. Lo hacemos apoyando su cabecita en nuestro brazo izquierdo y su cuerpito cruzado, en dirección hacia nuestro brazo derecho. Además, cuando los cogemos en brazos, apoyamos su cabecita sobre nuestro hombro izquierdo.

Lo que a simple vista parece un gesto normal o incluso una costumbre rutinaria puede demostrar una curiosa actitud de nuestra psicología. Algunos científicos creen que está relacionado con el lugar donde tenemos el corazón aunque, hay explicaciones más razonables. ¿Las conoces?

El corazón de las madres

Según el terapeuta americano de niños, Lee Salk, al colocar al bebé de ese lado, lo acercamos a nuestro corazón. Le permitimos percibir nuestros latidos de forma directa y esto puede tranquilizarlos considerablemente. Como durante los nueve meses de embarazo el latido de su madre fue archi conocido para el bebé, el que fijaba el sonido del entorno, al verse de pronto fuera en un ambiente hostil, sentir esos mismos latidos puede ser sumamente tranquilizador para él.

Cabe mencionar que esto no solo ocurre con los bebés humanos. Cuando un cachorrito de perro o gato se encuentra asustado o alterado, recostarse en una cama y apoyarlo sobre nuestro corazón puede ser un remedio realmente eficiente que los tranquiliza repentinamente y les permite dormirse de forma confortable. ¿Es por esta misma razón?

Lamentablemente esta teoría no parece muy de fiar. Los científicos pudieron comprobar que el sonido que verdaderamente calma y parece vital para el bebé es la voz de la madre y no su ritmo cardíaco. Esto hizo que continuaran buscando otras explicaciones a esta rutina casi instintiva que se desarrolla en las madres cuando cogen a su hijo en brazos. Una rutina que, ciertamente, no parece aprendida, sino heredada o intuida.

El hemisferio derecho, el de las emociones

Descubrieron así otras explicaciones. La más relevante la ofrecieron hace unos pocos años Victoria Bourne y Brenda Todd, especialistas de la Universidad británica de Sussex.

En dicho estudio experimentaron que aquello que ocurre en la parte izquierda de nuestro cuerpo estimula el funcionamiento del hemisferio derecho de nuestro cerebro. Esto significa que si ponemos al bebé del lado derecho seremos capaces de establecer una comunicación más directa y comprensiva con él. Es a esa misma región del cerebro a donde llegan los llantos, risas, bostezos y todo lo que el bebé haga para comunicarse; allí se analizan y somos capaces de comprenderlos. Se trata de la región de nuestro cerebro que se encarga de guiar e interpretar las emociones.

Nuestro hemisferio derecho controla entre otras cosas el lenguaje, la entonación y la forma de establecer afectos. Por esa razón nos es tan sencillo manifestar estados de ánimo a través del tono de voz.

Cuando acunamos a nuestros peques del lado izquierdo, nuestra voz llega directamente al peque a través de su oído izquierdo, yendo a parar a su hemisferio derecho. De este modo se establece un vínculo afectivo mucho más directo e irreductible entre madre e hijo; de modo que la voz de la madre ejerce de instrumento musical que produce en él el efecto de relajarlo y causarle satisfacción.

De hecho, las nanas o canciones de cuna, no significan ni suenan del mismo modo para el bebé si las escucha a través de su oído derecho como si lo hace por el izquierdo.

De todas formas, aun si fuera esta la explicación de los efectos que produce el acunar del lado izquierdo; lo que parece no tenerla es lo que lleva a las madres a actuar de ese modo. Amén de alguna que otra neuróloga o apasionada de los misterios de la mente, el resto no sabe qué cosas encierra el hemisferio derecho. Incluso es probable que muchas ignoren la existencia de ambos hemisferios, y pese a ello, la mayoría acuna a sus peques del lado izquierdo. ¿Por qué?

La depresión se manifiesta al acunar a los bebés

El instinto maternal es un ingrediente que teóricamente tenemos todas las mujeres y nos lleva a tomar decisiones en torno a la vida de nuestros hijos con el fin de brindarles protección y amor.

Un dato interesante es que las mujeres que tienden a acunar a sus hijos del lado derecho han tenido embarazos más complicados y, en muchos casos, padecen o han padecido depresión. Este cuadro patológico ha sido alimentado por un terror exagerado al momento del parto. Por otro lado, estas madres, generalmente viven obsesionadas por la salud física de su bebé pero se encuentran menos pendientes de sus necesidades emocionales. Y todas estas sensaciones se ven intensificadas  .

Esta hipótesis se alimenta de otros estudios que afirman que acunar a los bebés del brazo derecho es un signo clarísimo de estrés. Las madres que así lo hacen se encuentran agobiadas, han vivido partes extremadamente dolorosos o difíciles y temen constantemente por la vida del hijo, considerando incluso que no serán capaces de realizar bien su labor de madres.

Estas mujeres tienen claras tendencias depresivas y necesitan ser tratadas y recibir la contención necesaria para sobrellevar esta difícil etapa. Es imprescindible señalar que estas madres no son negativas ni tampoco carecen del instinto maternal, están atravesando una situación de estrés que les resulta imposible de afrontar de otro modo. Es necesario, por tanto, que sean atendidas con la rigurosa seriedad ya que, en caso de no recibir la contención que necesitan, esta situación podría derivar en un trastorno mental agudo.

¿Ciencia o misterio?

Aunque muchas personas creen que acunan a sus hijos en la mano izquierda porque, al ser diestras así tienen una mejor movilidad con la mano que mejor saben utilizar, esta no parece una explicación razonable. Sobre todo si tenemos en cuenta que los zurdos también suelen acunar a sus hijos utilizando la misma mano.

Si bien la teoría del hemisferio permite establecer razones neurolingüísticas que nos llevan a acunar a nuestros peques del lado izquierdo, esto solamente explica los efectos no las razones que nos llevan a actuar de este modo.

Acunar a nuestros hijos del lado izquierdo es una actitud instintiva y, aunque todas estas explicaciones pueden parecernos lógicas y algunos nos inclinaremos por unas y otros por otras, no dejan de ser suposiciones.

¿Podremos establecer las verdaderas razones científicas que nos llevan a realizar esta acción en culturas diferentes de la misma forma? Quizás lo mejor es que lo dejemos en el misterio y nos demos cuenta de una vez por todas, que hay muchísimas cosas que jamás seremos capaces de explicar con la lógica y que, justamente en eso reside la belleza y el milagro de la vida.