Aborto Espontáneo: 10 Consejos para Evitarlo

Aborto espontáneo | © idesign2000 - Fotolia.com

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Los abortos espontáneos son un suceso que ocurre de forma lamentablemente frecuente. Sus causas pueden ser muchas, algunas de las cuales no podemos controlar, como las afecciones genéticas, los trastornos hormonales, o las malformaciones en el feto que se producen de manera espontánea.

Pero existen otras causas que sí podemos evitar. Muchos abortos se producen por infecciones contraídas durante el embarazo, malos hábitos de salud o incluso por estrés psicológico derivado de excesivas preocupaciones en la madre.

Es imprescindible que cuando estamos encintas tengamos dos reglas fundamentales en nuestra vida: mantener un estilo de vida saludable (hacer ejercicio en forma moderada, llevar una dieta sana y equilibrada, no tomar narcóticos o substancias perjudiciales) y evitar el estrés (evitar que los problemas de la vida cotidiana no influyan negativamente sobre tu salud emocional).

Aquí te presentamos algunos consejos que pueden ayudarte a enfrentar esta etapa de forma responsable, pudiendo evitar un posible aborto espontaneo:

1.- Informarte sobre tu estado de salud

A veces los abortos se producen porque la madre tenía un problema de salud anterior.

Los ejemplos más claros son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, los problemas renales crónicos y las patologías del sistema circulatorio. Cada una de estas situaciones requiere un tratamiento distinto, y muchas veces los medicamentos que no resultan nocivos para una persona en circunstancias normales pueden tener efectos perjudiciales en un feto.

La solución es fácil: consultar siempre con tu médico de confianza acerca de cuáles son los cambios que debes afrontar al quedarte embarazada.

2.- Mantenerte alerta ante las infecciones vaginales

Algunos abortos pueden ser provocados por una infección en tu sistema reproductivo que podrías haber detectado a tiempo. La forma más obvia es pasar por el ginecólogo de forma habitual, y realizar chequeos y revisiones frecuentes.

De todas formas, un consejo importante a tener en cuenta es que aprendas a mirar tu propio cuerpo y te mantengas alerta ante cualquier señal anormal. Por ejemplo: aumento del malestar, aparición de fiebre, alteraciones en los líquidos vaginales… Hay test que puedes comprar en farmacia y que te pueden ayudar a estar pendiente de los cambios en la flora vaginal y así detectar posibles infecciones.

3.- No dejarte arrastrar por el recuerdo de un aborto anterior

Como hemos visto hasta ahora, el estrés psicológico es una de las mayores causas de abortos espontáneos. El recuerdo de una experiencia traumática como puede ser un aborto pasado, puede provocar en la madre un nivel tal de ansiedad y preocupación, que la lleve a obsesionarse y perjudicar, sin desearlo al feto.

En esta situación, tienes que tener en cuenta que la propia preocupación obsesiva por cómo saldrá este embarazo puede provocar cambios negativos en tu salud y podrías quedarte atrapada en un bucle nocivo. Lo mejor que puedes hacer ante una eventual situación de este tipo es afrontar la nueva gestación de manera positiva.

Una buena norma de evitar este tipo de estrés es no quedarte embarazada hasta que estés realmente segura de haber superado la anterior pérdida y te sientas nuevamente preparada para afrontar este nuevo reto.

4.- Prescindir de alimentos nocivos

En el embarazo comemos para dos, y debemos seguir más que nunca una dieta sana y equilibrada. Para ello debemos eliminar de nuestra alimentación aquellos productos que puedan provocarnos alergias u otras reacciones negativas. Durante la gestación una reacción alérgica puede ser especialmente violenta y afectará sin lugar a dudas el normal desarrollo de tu bebé.

Entre los alimentos que debes evitar se encuentran aquellos que hayan sido elaborados con leche cruda (no pasteurizada), tales como los quesos blandos. Éstos pueden ser el origen de una infección de listeria. Para comprobarlo debes observar detenidamente los cartones de leche, donde dice si está o no pasteurizada. También debes dejar de consumir productos elaborados con huevos crudos, como los helados de fabricación casera, los ponches y algunas salsas, ya que pueden contener salmonella. Otros alimentos prohibidos para embarazadas son la carne cruda o poco hecha, ya que además de la salmonella, puede contener la bacteria Esterichia Coli o provocar toxoplasmosis. También es recomendable prescindir, en la medida de lo posible, de los peces que puedan contener concentraciones de mercurio o PBC, como los criados en granjas; la conexión con el aborto es más liviana, pero hay indicios que apuntan en este sentido.

5.- Ingerir alimentos que te beneficien

La cara anversa del punto anterior. Hay una serie de elementos que son sumamente beneficiosos para tu estado y que debes incluir en tu dieta.

Uno de ellos es el zinc, cuya deficiencia puede resultar perjudicial para el desarrollo adecuado del bebé. Se trata de un mineral esencial que se encuentra en los alimentos integrales, en la carne magra, en la yema de huevo y en las ostras. También tienes que cuidarte mucho de mantener los correctos niveles de progesterona. Ayudan a favorecer la concentración óptima de esta hormona alimentos como las nueces, los vegetales de hoja verde, las yemas de huevo o las legumbres; en general, todo aquello que tenga vitamina B6 y también magnesio. Por último, tenemos la vitamina C; un elemento esencial para cualquier niño y adulto que tiene que aumentar de nivel en el embarazo. Como todo el mundo sabe, la principal fuente de vitamina son los cítricos, en especial las naranjas. Su ingesta es positiva y saludable para la gestación. La vitamina B, que es la clave del ácido fólico, es también muy relevante.

6.- No realizar trabajos pesados

Ésta es una recomendación de sentido común en las embarazadas pero que debemos tener presente para evitar riesgos innecesarios.

Realizar grandes esfuerzos, como levantar mucho peso, puede provocar un aborto. Es muy importante que comprendas que debes hacer todo lo posible por protegerte y contigo, a tu bebé; por lo que procura no cansarte innecesariamente. Y, si en tu trabajo has de realizar movimientos bruscos o cargar peso excesivo, lo mejor sería que te pidieras la baja, antes de sufrir los problemas derivados de estas acciones.

7.- No dejar de hacer ejercicio

Lo ideal cuando una mujer está embarazada es que no modifique rotundamente su rutina, a menos que la misma pudiera poner en riesgo la vida del feto.

Lo más recomendable es que encuentres un término medio en tu vida y, así como lo tienes en cuenta en lo que respecta a la alimentación, hagas lo mismo con el ejercicio. No te exijas más del que eres capaz de realizar, pero tampoco te quedes sin hacer ninguna actividad física.

La práctica deportiva moderada te ayudará a mantenerte en forma para el parto, y, además, aumentará tu nivel de optimismo y bienestar, reduciendo de esta manera el estrés y la presión psicológica.

8.- Dejar de consumir bebidas alcohólicas y café

En especial el alcohol es altamente perjudicial para un bebé y una de los elementos más peligrosos que puedes ingerir, dejando de lado medicamentos muy concentrados. Durante todo el periodo de gestación tienes que privarte de él de manera absoluta.

En cuanto a la cafeína, la tolerancia a esta substancia varía de persona en persona. En general, una taza de café, o dos, no te harán mal si tu organismo está acostumbrado, pero en caso de duda lo mejor es prescindir de este estimulante.

9.- Renunciar al tabaco

No hay discusión posible con respecto a este punto. El consumo de tabaco es perjudicial para el niño y puede provocar desde aborto espontáneo a malformaciones y alteraciones en la placenta, que complican el proceso de embarazo y aumentan los riesgos. Deja de fumar mientras estés embarazada y no entres en ambientes en los que haya humo de tabaco: ser fumador pasivo es igual de perjudicial para ti y para tu hijo.

10.- Descansar y no renunciar a la vida social

El estrés es muy nocivo para el bebé y para tu propia estabilidad emocional. Las presiones laborales y familiares pueden generarte una gran tensión, por lo que debes aprender a delegar y a tomarte las cosas con calma en estas dos dimensiones de tu vida.

No te canses. No dejes de lado tus hobbies e intereses.

Por otra parte, la preocupación excesiva que a veces tienen las madres primerizas no es tampoco saludable. El embarazo es una experiencia nueva y tenemos que vivirla y aprovecharla, pero al mismo tiempo no debemos centrarnos en ella de forma absoluta. Mantén tus relaciones sociales con amigos y familia, y, por supuesto, cuida el trato con tu pareja; eso te ayudará a mantenerte positiva y a compartir tus preocupaciones y problemas. Cuando parezca que la situación se te echa encima, acude a ellos.

Si tienes en cuenta estos consejos y llevas un embarazo responsable, tendrás menos posibilidades de sufrir un aborto espontáneo y más tranquilidad para disfrutar de esta preciosa etapa de tu vida.

Si quieres saber más sobre el aborto espontáneo, te recomendamos leer la tesis doctoral de Jesús Joaquín Hijona: “Factores Asociados al Aborto espontáneo” (Universidad de Granada | Facultad de medicina)
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