6 Cosas a tener en Cuenta en la Vuelta a Casa con el Bebé

Llegada a casa con el bebé

Llegada a casa con el bebé | Fotolia

Aunque el parto es una de las cosas a las que más le temen las embarazadas, posiblemente el puerperio o cuarentena se encuentra entre las experiencias más desafiantes para toda madre.

Cuando está llegando el momento de dar a luz comienzas a visualizar a tu hijo en la casa. Te imaginas a los tres (tú, tu pareja y el bebé) en un estado romántico y fenomenal y supones que todo va a ir de maravilla. Si bien esta es una de las posibilidades, es necesario que sepas (sin volverte negativa) que esta primera semana con el bebé en casa puede ser sumamente estresante y complicada para muchas madres y que debes estar preparada por si acaso.

La vuelta a casa después de dar a luz

Después del intenso ejercicio físico y emocional del parto lo que más desearás es un buen descanso. Y en cambio, lo que tienes delante es una semana de cambios y de más desafíos que los momentos del alumbramiento.

Vuelves a casa, muerta de cansancio aunque feliz por la llegada del bebé y lo ves tan hermoso que te sientes satisfecha. Pero cuando lo escuchas llorar y llorar y no sabes ya cómo calmarlo, te sientes saturada y no sabes qué hacer. Tu cuerpo te duele como si hubieras corrido una maratón de cientos de kilómetros. Y, entre los cuidados que el bebé te exige, las visitas que no paran de llegar para ver al recién nacido y para felicitarte y el resto de las cosas que puedan aquejarte, no tienes un segundo para cuidar de ti.

Los dolores no son simples agujetas, responden a las cicatrices de una episiotomía o una cesárea que para que dejen de sentirse hacen falta días y semanas, en las cuales debes intentar levantarte o agacharte lo mínimo indispensable.

Por otro lado, emocionalmente te enfrentas a sentir que no eres la madre que te imaginabas ser, que el tiempo no te alcanza y que tus fuerzas son reducidas en comparación con el aluvión de energías que creías te embargarían. ¡Detente! Nadie espera de ti que seas una supermamá.

Es fundamental que te des tiempo y que entiendas que debes pedir toda la ayuda que necesites. Y aceptar que los demás quieran echarte una mano. Recuerda, además, que el trabajo de ser padres es compartido y ninguno de los dos debe asumir más responsabilidad que el otro. De hecho, en esto reside una de las mayores satisfacciones de ser padres: en poder compartir tareas, responsabilidades, gustos y alegrías.

Posiblemente, mientras estabas en el hospital te sentías fuerte y contenida. Con decenas de especialistas dispuestos a ayudarte o aconsejarte en todo momento y un espacio del que no tenías que cuidar (limpiar, cocinar, arreglar). Pero ahora, llegas a casa y no sabes por dónde empezar. El cuidado del bebé te resulta demasiado exigente y el resto de las tareas, insuperables. Sumado a esto tus estados de ánimo cambian constantemente, yendo de la felicidad absoluta al miedo y a la impotencia de no saber cómo actuar.

Para que esta nueva experiencia sea sobrellevable; para que puedas encararla de forma positiva y consigas buenos resultados para ti y tu bebé es conveniente que tengas en cuenta una serie de consejos.

1- No te sobreexijas

Eres una persona igual que cualquiera. Necesitas descansar y distraerte y hacerlo es una forma de hacerte más cargo de la vida de tu bebé.

Si te procuras una vida en la que el descanso ocupe un lugar importante podrás brindarle a tu bebé un tiempo de mayor calidad y podrás afrontar con serenidad y seguridad el tamaño desafío de ser madre.

Además, es importante que manifiestes tus deseos. Si acabas de llegar del hospital, estás cansada y no deseas ver a nadie, dilo. No te obligues a dedicar horas enteras a tratar con tus visitas (por mucho que las quieras) si lo que deseas es estar a solas con tu bebé o dormir un poco.

2- Confía en los demás

Recuerda que el papá debe ser un puntal fundamental para ti; exprésale tus deseos y pídele que haga diversas cosas por ti, que te ayude en todo aquello que necesites.

Además puedes aprovechar la presencia de tus padres, hermanos o amigos, para que te ayuden en las tareas del hogar. Los primeros días no te vendría nada mal contar con alguien dispuesto a prepararte alguna de las comidas o a limpiarte la casa.

No obstante, si sientes que la presencia de otras personas te genera presión. Si tus familiares o amigos se entrometen en tu forma de cuidar del bebé o en cualquier cosa que te moleste, intenta hacerles entender que este es tu momento y tú debes ser quien decida qué se hace y cómo.

3- Busca momentos de intimidad

En el posparto una de las cosas que más desearás será la intimidad. Después de haber pasado por el hospital, viviendo con gente extraña y sin poder estar a solas con tu pareja, deseas intensamente tenerla solo para ti.

Disfruta de esta intimidad con tu pareja y tu bebé e intenta que nadie venga a estropear esos momentos preciosos en familia.

4- Ten calma con la lactancia

Si has escogido la lactancia materna debes saber que al principio es normal que surjan ciertos problemas. No te agobies. ¡Seguro que podrás afrontarlos con eficiencia!

Ante cualquier problema, busca ayuda. Es probable que en tu misma ciudad existan grupos de apoyo a la lactancia, donde puedas encontrar ese hombro en el que llorar o ese consejo que se adecua a tu situación y que, ponerlo en práctica, te ayude a salir adelante.

Es fundamental que no te aísles. Conversa con tu pareja y con otras madres y busca soluciones. No permitas que ningún problema te agobie y te lleve a sentirte mala madre o incapaz.

5- Dale una gran bienvenida a tu bebé

Antes de irte al hospital para dar a luz es necesario que hayas dejado en casa todo preparado. Un dormitorio ordenado y listo para ser usado.

Debes también prever alimento para una buena temporada ya que durante los primeros días no podrás ir a hacer la compra. Esto vale también para todas aquellas cosas que serán necesarias para el cuidado de tu bebé.

Entre las cosas que no puedes olvidarte se encuentran:

  • Pañales, talcos y productos para la higiene íntima de la criatura
  • Ropa adecuada a la estación
  • Un espacio cálido en el que el recién nacido se sienta bien recibido

6- Establece tus prioridades

Si te organizas adecuadamente seguro que esta experiencia será completamente satisfactoria. Decide qué cosas son urgentes y cuáles no. Haz una lista de las cosas que necesita tu bebé y del orden en el que las irás satisfaciendo.

Luego escribe una en la que planifiques el resto de tus obligaciones y establezcas las prioridades. Una buena organización puede ser fundamental para convertirte en mamá y no morir en el intento.

Cuando llegues a casa puedes hacerle un tour al bebé por toda la casa. Mostrarle cada una de las habitaciones y contarle para qué es cada una. Este momento puede ser muy especial y, si te gustan los vídeos es recomendable que le pidas a tu pareja que te filme, a fin de que tengas el recuerdo para toda la vida.

Si tienes en cuenta estos consejos, seguramente tu maternidad será mucho más agradable y serena que si no tomas ninguna precaución y te dejas llevar por los impulsos de cada momento: no te olvides que las primeras semanas, a causa de los numerosos cambios hormonales a los que has tenido que enfrentarte en los últimos meses, tus emociones serán tan cambiantes como cuando eras adolescente.

Dicho todo esto solo nos resta desearte mucha suerte y recomendarte, ante todo, que disfrutes de estos primeros días con el bebé en casa. Que te dejes cuidar y mimar y que dediques una parte de tu día a hacer aquello que realmente deseas.

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