Cómo Reconocer el Inicio del Parto

Reconocer el inicio del Parto | Foto fotolia

Antes de que empiece el parto, tu cuerpo experimentará ciertos cambios. Para la mayoría de las mujeres los mismos comienzan a manifestarse desde las tres semanas previas al momento previsto para el alumbramiento.

Cabe mencionar que solamente el 5% de las mujeres dan a luz en la fecha pronosticada por los especialistas, el resto suele hacerlo con algo de tiempo de antelación, ya se trate de partos prematuros o porque se ha calculado de forma deficiente el progreso del embarazo.

Sentimientos contradictorios a punto de dar a luz

Antes del parto un cúmulo de sensaciones contradictorias te asaltarán. Sentirás felicidad, tristeza, agobio, ansiedad, inseguridad, tranquilidad y miedo. Todo al mismo tiempo, sin poder aferrarte con exactitud a ninguna de estas emociones. Esto tiene que ver con el miedo a lo desconocido, precisamente al momento de dar a luz.

Es probable que pienses que no estás del todo preparada para este momento y que mucho menos te crees capacitada para la maternidad. No te asustes, estas angustias se pasarán y ya verás cómo te las arreglas perfectamente para traer a tu hijo a este mundo y para ser una madre estupenda.

Es primordial que en este momento intentes mantener la calma y, sobre todo, una actitud positiva. Para ello puede ayudarte el encontrarte con personas a quienes quieres y que sabes pueden infundirte confianza en ti misma y en el futuro. Una tarde de compras para el bebé también podrá ayudarte muchísimo.

Indicios de que se acerca el parto

En los días o semanas antes de que nazca el bebé puedes tener una serie de síntomas que te indicarán que el cuerpo se está preparando para ese momento.

Si vas a ser madre primeriza, estos cambios físicos pueden comenzar algunas semanas antes del alumbramiento. A partir del segundo embarazo, es más probable que tengan lugar cuando el parto ya es inminente.

  • El momento del encajamiento

    Cuando la parte inferior del útero se ablanda y ensancha, la cabeza del bebé comienza a descender hacia la pelvis. Este punto en el proceso de alumbramiento se conoce como encajamiento.
    Para ti será un momento de alivio, sentirás que puedes respirar mejor (este síntoma puede ayudarte a saber si el bebé se ha encajado o no). Si has sufrido de acidez, dejarás de padecerla. Y después de las comidas te sentirás mucho más liviana.Desde que el bebé se encaja hasta que comienza el trabajo de parto suelen pasar entre dos y cuatro semanas (en madres primerizas), y cuando el alumbramiento está por comenzar (a partir del segundo embarazo),
  • La presión sobre la pelvis

    Cuando la cabeza del bebé esté encajada podrás notar algunas molestias menores. Es probable que tengas que orinar y defecar más menudo, debido a la presión que la cabeza ejerce sobre la vejiga y los intestinos.
    La relajación de las articulaciones y ligamentos puede provocarte dolores en los huesos del pubis y en la espalda y quizás notes unas punzadas agudas cuando la cabeza del bebé presione sobre la base de la pelvis. La compresión de los vasos sanguíneos de la pelvis pueden hacer que tus piernas y pies se hinchen.Es fundamental que realices los ejercicios de balanceo de la pelvis. Además, prueba de recostarte sobre el lado izquierdo para aliviar parte de esa presión.
  • La secreción vaginal

    A lo mejor experimentas un aumento en las secreciones vaginales cuando el cérvix se ablanda. Estas mucosidades suelen ser como la clara de huevo, pero también pueden estar teñidas de rojo. Una secreción amarilla y espumosa puede ser un síntoma de infección, así que debes informar al médico de inmediato.
  • Preparar el nido

    Si durante el último mes descubres que te asalta un súbito deseo de vaciar cajones, ordenar armarios y limpiar la casa de arriba a abajo significa que estás experimentando lo que se conoce como el instinto de preparar el nido. Se trata de un impulso materno innato de preparar el hogar para la inminente llegada del bebé.
    Aunque quizá quieras sacar el máximo partido a este estallido de energía, es recomendable que intentes dominarte. Debes conservar todas tus fuerzas para el momento del parto. Si deseas ver la casa en mejor estado, pide ayuda mientras trata de descansar y mantener la calma.
  • Contracciones de Braxton Hicks

    Sentirás un principio de contracciones; comenzarán con un leve cosquilleo y cada vez se harán más presentes. Según Hicks, medico que las identificó, se trata de unas contracciones de práctica que permiten que la parte inferior del útero se estire a fin de que la cabeza del bebé se encaje en la pelvis y ablande, y se adelgace la cérvix.
    La sensación a través de la que puedes identificarlas es de que el útero se endurece y contrae. Lo ideal para aliviar estas molestias es tumbarse y solicitar masajes relajantes (siempre que no estén contraindicados, consulta con tu médico).
  • Escalofríos y temblores

    Cuando empiecen los síntomas del parto o del preparto, sentirás escalofríos o temblores sin ninguna razón aparente, con frecuencia sin que tengas sensación de frío o debilidad. Esta sensación es producida por las hormonas del estrés o por una alteración de los niveles de progesterona.
  • Diarrea

    Los prostaglandinas, que son las sustancias químicas liberadas en los inicios del parto, a veces pueden provocar diarreas.

Comienza el trabajo de parto

Sigue sin conocerse la causa exacta del inicio del parto. La teoría que goza de mayor respaldo es que el bebé produce sustancias que provocan un cambio en las hormonas del embarazo. También es posible que, hacia el final del mismo, la madre desarrolle mayor sensibilidad a unas sustancias que producen las contracciones uterinas.

Sea como sea, ¿Sabes cómo puedes reconocer que te has puesto de parto si no hay un principio claramente definido? Esto es lo que a la mayoría de las embarazadas les preocupa;  y es lo que responderemos a continuación.

La certeza fundamental es que cuando estás por comenzar el trabajo de parto tienes contracciones de forma regular. Otras evidencias son:

  • Expulsión del tapón mucoso. Notarás un desprendimiento de mucosidad de un color castaño o rojo brillante; se trata del tapón que cierra la cérvix. Cuando esto ocurra, debes llamar a tu médico para que te aconseje acerca de lo que debes hacer.
  • Rotura de membrana o de aguas. Sentirás un flujo brusco o débil que mojará tus bragas. Tiene lugar hasta 48 horas antes de comenzar con el trabajo de parto. Consiste en la liberación de prostaglandinas, las cuales estimulan las contracciones. Si te ocurre en tu casa debes tomar nota de la hora y la consistencia del fluido y avisar a tu médico.
  • Contracciones regulares. Comenzarán siendo contracciones breves e irregulares y más tarde son sustituidas por otras con un ritmo más estable que duran más tiempo. Las mismas van estrechando la parte superior del útero y los músculos de esta región van empujando al bebé a través de la parte inferior elástica del mismo.

Cómo diferenciar una falsa alarma del comienzo ineludible del parto

Las contracciones son el único medio seguro de saber si está de parto o no. Utiliza este cuadro para averiguar su tus contracciones son auténticas.

Estás de parto si se dilata el cuello uterino y si las contracciones:

  1. son regulares (se producen cada 5 minutos)
  2. son cada vez más fuertes
  3. no desaparecen al andar o descansar
  4. vienen acompañadas del tapón mucoso

Falsa alarma si las contracciones…

  1. son irregulares, aparecen cada tres minutos y luego entre cinco y diez
  2. no se intensifican con el tiempo
  3. pueden disminuir al cambiar de postura o actividad
  4. no suelen ir acompañdas de una mayor mucosidad ni de una secreción sanguinolenta
  5. no manifiestan cambios significativos en el cuello uterino

¿Qué hacer si me he puesto de parto?

Cuando el parto es inminente debes llamar a los especialistas que has escogido para que te atiendan. Si has decidido dar a luz en casa, la matrona vendrá urgentemente a atenderte y se quedará contigo hasta que el bebé nazca. Si en cambio has decidido tenerlo en el hospital debes saber en qué momento debes marchar hacia allí.

Como la primera parte del parto puede durar muchas horas, lo ideal es retrasar el momento de ir al hospital hasta que te sientas realmente mal. Permaneciendo en un ambiente familiar donde puedas distraerte con tus cosas, mientras esperas el momento del alumbramiento. No obstante, si tienes muchas molestias, es posible que ir al hospital te dé más seguridad.

Lo ideal, sin embargo, es acudir a él cuando las contracciones sean tan intensas que no puedas mantener una conversación mientras tienes una contracción; sobre todo si ya son regulares. Si ya has tenido otros hijos, debes tener presente que a partir del segundo hijo el alumbramiento tarda la mitad que el anterior.

Otro hecho que debes tener presente como indicador de que debes ir al hospital es el momento en el que rompes aguas.

Cuando vayas al hospital no olvides de llevar contigo:

Cuando llegue el momento del parto lo sabrás. Tu mismo cuerpo te lo dirá y sabrás hacer todo correctamente, por tanto, intenta no dar lugar a esos temores y disfruta de esta última etapa de la gestación todo lo que puedas.

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