La Importancia de las Emociones durante el Parto

Las emociones durante el parto

Las emociones durante el parto | Foto fotolia

Ya hemos hablado sobre el intenso trabajo que requiere el parto de una madre; sin embargo es necesario aclarar que esta labor no solo es física sino también emocional. Durante cada fase del alumbramiento, la madre debe atravesar diversas experiencias emocionales; conocerlas de antemano puede ayudarte a prepararte a este momento único de una forma eficiente.

Por otro lado, debes saber que tus emociones influirán muchísimo en el desarrollo del bebé; de hecho, tus cambios emocionales y la forma en la que te enfrentes a los diversos desafíos ocuparán un papel tan importante en la formación de la psique del niño como lo harán el cuidado de tu salud física.

En este artículo te contamos acerca de las diversas sensaciones a las que deberás enfrentarte y a la forma en la que el parto condiciona el bienestar de tu hijo en el futuro.

Las emociones durante el parto

Las primeras emociones del parto son excitación y nervios. Comenzarás a sentir las expansiones y te volverás más habladora e inquieta. Posiblemente te den deseos de moverte y tendrás mucho hambre. En esta etapa es recomendable dar un paseo, comer, beber y descansar. Cabe mencionar que a veces pasan muchas horas desde que tiene lugar este momento hasta que comienza el parto propiamente dicho.

El parto se divide en tres etapas. A continuación te contamos las sensaciones que te embargarán en cada una de ellas.

  • Primera Etapa
    A medida que el parto va avanzando las emociones se intensifican. Después de la excitación viene la certeza. ¡Realmente tu hijo está llegando! Esto puede ser muy emocionante pero también abrumador. Debes intentar tranquilizarte y, sobre todo, caminar; ya que de este modo colaborarás con la apertura de la entrada de la pelvis.En la fase activa del parto tu estado emocional irá cambiando de un instante al siguiente. El hecho ya es irrevocable y todo lo que hayas hecho para prepararte para el alumbramiento deberás ponerlo en práctica de forma segura. Comienza el trabajo dura y es fundamental que tengas en quién apoyarte emocionalmente. Nada como una buena compañía que sea capaz de darte esas palabras alentadoras que tanto necesitas.

    El momento de la transición puede ser uno de los más difíciles de afrontar; después de la emoción del comienzo del parto viene una etapa de constante trabajo donde el dolor se hace más presente que nunca. Es primordial que la duola sepa reconocer este instante para aliviar adecuadamente a la madre. En este instante es probable que sientas deseos y pidas que te apliquen la epidural o algo para aliviar el dolor.

    Si has preparado masajes o

    ejercicios de relajación, es el momento de ponerlos en práctica. Y, sobre todo, recuerda: ¡Tú puedes hacerlo!

  • Segunda Etapa
    Ahora sentirás una gran pulsión interna que te obligará a pujar intensamente. Estarás más decidida y segura de ti misma y tendrás el convencimiento de poder hacerlo. Si has decidido tomar un papel activo en el alumbramiento es muy posible que disfrutes intensamente de esta etapa.
    El apoyo, el amor y el aliento son fundamentales para llevar a cabo esta labor, y en este momento en el que parece que no se termina nunca, te serán de mucha ayuda. Si has decidido que no deseas nada para apaciguar el dolor, debes solicitar contención y apoyarte en las técnicas naturales de relajación que te ayudarán a evadir la sensación de dolor.

    Recuerda la importancia de mantenerte relajada para poder pujar con más eficiencia y aprovecha los instantes de descanso para tumbarte y distenderte completamente, para volver a la lucha con más energía.

  • Tercera Etapa
    Finalmente, después de tanto trabajo ¡tu hijo está ahí! Pese al intenso cansancio que experimentas tendrás un grado de excitación tal que no podrás con él; incluso no te importará tener el cuerpo adolorido.Es probable que nunca en tu vida hayas experimentado una sensación más gratificante y maravillosa que la alegría del nacimiento. En este momento te pondrán al bebé contra tu piel, lo que ayudará a la expulsión de la placenta y evitar el sangrado excesivo; gracias a la estimulación temprana del pezón por parte del bebé.

    Estos primeros momentos son fundamentales tanto para la madre como para el bebé. Por tanto, es fundamental que se les de un tiempo para estar a solas y comenzar esa relación que durará de por vida, en el mejor de los casos.

El miedo, gran condicionante del dolor

El miedo es uno de los factores determinantes de los dolores durante el parto. La ansiedad que acumulaste durante la espera y el temor a que algo pueda salir mal genera tensión y cuanto más tensionados tienes los músculos más receptiva estás al dolor. Además, al endurecerse, el trabajo de los músculos es ineficiente. Y esto provoca que se incremente el círculo. Cuanto más trabajas, más dolor sientes y ese dolor acrecienta tus miedos. Todo esto provoca un penoso y extenso trabajo de dilatación.

Gran parte de esos miedos son heredados. Los vayamos dentro de nosotras sin saberlo. Para poder trabajar sobre lo que provocan sobre tu estado de ánimo es importante que descubras de dónde vienen a fin de poder controlarlos.

Los tres miedos que provocan que el dolor del trabajo de parto se acreciente podrían resumirse en tres, auqnue también pueden encerrar experiencias personales que los transforman en cada embarazada. Son:

  • Miedo a la muerte
  • Miedo al dolor
  • Miedo a perder el control de las situaciones

Este miedo puede contrarrestarse con conocimiento y conciencia de dicha experiencia. Si te involucras activamente en el trabajo de parto podrás comprender lo que va teniendo lugar a cada instante y sentirás la alegría de descubrir a ese niño que ha vivido en tus entrañas desde hace nueve meses. Un momento que señala el comienzo de una gran aventura: la maternidad.

Cambios hormonales durante el parto

Durante el parto también te expones a un cóctel de cambios hormonales. El terror al parto es común en todas las gestantes. Y la forma en la que te prepares al momento dar a luz puede ser un importante condicionante de las emociones que experimentes durante el trabajo de parto.

Si asistes a las clases prenatales te explicarán en qué consiste el proceso y responderán a todas tus dudas respecto a ese momento de tu vida. De este modo, cuando llegue el alumbramiento podrás centrar tus expectativas conociendo de antemano todo lo concerniente al parto. Si no te encuentras lo suficientemente preparada, las emociones serán muy diversas. Sufrirás mucho más el dolor y tus sentimientos variarán profundamente de un momento al otro; además no podrás calcular el tiempo que durará el trabajo.

Como lo hacen los atletas, las futuras mamás deben prepararse con dedicación al momento de dar a luz. Cuando comienzan las contracciones regulares deberás poner en práctica esos ejercicios que estuviste preparando con antelación. Es importante que tengas en cuenta que cuanto mejor haya sido esa preparación más eficiente será el trabajo de parto; lo que desemboca en un alumbramiento menos doloroso, donde las energías se canalizan adecuadamente.

Debes saber que, si bien a veces el inicio del trabajo de parto se avisa con antelación, no siempre ocurre así. También es importante que sepas que cada parto es único y que vivirás este proceso de una forma intensa y extraordinaria. Por mucho que te hayas informado acerca de cómo se da el parto y de lo que han presenciado y vivido otras mamás, no puedes imaginarte cómo será tu parto. Así que lo mejor es que te prepares para el milagro de la vida con una apertura mental absoluta, dispuesta a vivirlo y experimentarlo con todos tus sentidos.

Tus emociones afectan el desarrollo del bebé

Cuando la madre enfrenta mucha tensión durante el embarazo, esa ansiedad se manifiesta directamente en la vida del pequeño. Muchas veces, por ejemplo, los niños que nacen de madres que han sufrido mucho durante el embarazo, se muestran más inquietos y tienden a llorar e irritarse con mayor facilidad.

El desarrollo del feto depende íntimamente del bienestar de la madre. Y ese bienestar no solo está relacionado con una buena alimentación, una rutina deportiva y una buena calidad de vida, sino también con sus emociones.

Durante los nueve meses que dura el embarazo tu cuerpo experimentará profundos cambios físicos, semejantes a los te afectaron durante la adolescencia. Tus órganos deberán emigrar y amontarse para dar lugar al crecimiento de la placenta, donde se desarrolla el feto.

Con estos cambios físicos también aparecerán transformaciones emocionales, provocadas por las variaciones bioquímicas a las que se ve expuesta tu organismo; cabe señalar que las emociones se encuentran íntimamente asociadas con la segregación de hormonas.

Desde el punto de vista publicitario se habla del embarazo como de una experiencia sumamente bonita, pero siempre planteado desde una perspectiva estética; sin embargo, no suele haber mucha información en torno a la importancia que este proceso tiene desde el punto de vista humano; tal es así que de acuerdo a la vida que hayamos tenido durante los nueve meses dentro del seno materno, puede condicionarse nuestra salud mental.

Por eso, es fundamental que en estos meses, además de intentar encontrarte bonita y sentirte a gusto contigo misma busques maneras de conectarte corporal y emocionalmente con el bebé. Es importante que entiendas que de tu salud emocional depende la actitud que adoptará tu hijo al nacer. Según lo estudiado por el psicoanalista Sigmund Freud las primeras etapas de la maternidad provocaban un efecto directo en el desarrollo de la psicología del niño. Por tanto, la educación emocional de los bebés no comienza con su nacimiento, sino desde que empieza a desarrollarse en el útero.

El tipo de parto también afecta al bebé

También se sabe que la forma en la que hemos venido al mundo condiciona muchísimo nuestra salud y equilibrio emocional. La mayoría de los especialistas afirman que es primordial apostar por el nacimiento fisiológico; es decir, evitar los partos prematuros y extremadamente medicalizados. Están convencidos de que los partos inducidos generan muchísimo estrés en el bebé, quien no tiene la opción de escoger en qué momento nacer, sino que se lo empuja a hacerlo de forma obligatoria.

Cuando el parto es completamente natural se desencadena un aluvión de estímulos entre madre e hijo que provocan que él reciba una descarga de noradrenalina. Esto lo mantiene alerta y lo prepara para reconocer el entorno y a su madre una vez se encuentre fuera. Se trata de un ritual biológico que acrecienta la conexión entre madre e hijo. Después de salir, hace su primera toma de leche y más tarde se duerme durante muchas horas.

Según los especialistas, la epidural, la cesárea y la oxitocina sintética bloquean esa primera respuesta del bebé, obligándolo a insertarse de una forma diversa y poco natural en el mundo.

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