Todo lo que Debes Saber sobre los Controles Prenatales

Control prenatal en embarazo

Controles prenatales durante embarazo | Derechos Fotolia

Muchas mujeres se agobian de solo pensar en la cantidad de opciones que existen en el campo de los controles prenatales.

No saben cuáles son necesarios y cuáles no y temen apostar por aquellos que no sean del todo útiles.

En este artículo te hablaremos de la importancia de algunos de estos controles que, te recomendamos, que no dejes pasar por alto.

La tecnología asegura embarazos saludables

Gracias a la tecnología los controles prenatales se han perfeccionado muchísimo en los últimos años. Gracias a ellos, es posible detectar numerosas anomalías y prevenir sus consecuencias. Estos beneficios que la ciencia pone a disposición de las embarazadas, se ven reflejados sobre todo en el control prenatal durante el primer trimestre.

Entre los estudios más conocidos podemos mencionar:

  • Análisis de sangre
  • Ultrasonido
  • Pruebas para detectar anomalías genéticas

Debes saber que entre los análisis que te ofrecerán los especialistas, algunos son esenciales; es decir, es primordial que no prescindas de ellos, pues te asegurarán un embarazo tranquilo y una mejor gestación para tu bebé.

¿Para qué me hacen análisis de sangre?

No debes dejar de realizarte los análisis de sangre que sirven para evaluar el normal funcionamiento de tu organismo y asegurar tu bienestar y, por ende, el de tu bebé.

A través de este tipo de exámenes, los especialistas podrán tener una noción clara de ciertos aspectos de tu salud imprescindibles. Determinarán tu grupo sanguíneo, si padeces diabetes, anemia o alguna enfermedad de tipo infeccioso (como el virus de VIH), entre otros.

Este análisis se realiza una vez al principio del embarazo y otra, en el tercer trimestre. Su primera importancia reside en que permite conocer el factor Rh (positivo o negativo) de la madre y corroborar la existencia o no de anticuerpos, incluyendo el Rhesus.

El factor Rh es de vital importancia, porque si el bebé es Rh positivo y tú eres negativo, puedes desarrollar anticuerpos contra los glóbulos rojos del bebé. Si vuelves a quedarte embarazada y tu hijo es Rh positivo, los anticuerpos que has formado pueden llegar a destruir los glóbulos rojos del pequeño. Esto podría provocar un severo caso de anemia, y es una enfermedad que se conoce como hemolítica fetal.

No obstante, gracias a la tecnología y los tratamientos modernos, ahora es casi imposible que aparezca esta dolencia, debido al exhaustivo tratamiento prenatal. A las madres con un factor Rh negativo se les pone una inyección de inmunoglobina antiD durante el embarazo, que no entraña peligro alguno y que impide la formación de anticuerpos que atacan los glóbulos rojos del bebé.

Por otra parte, conocer tu grupo sanguíneo es importante en caso de que necesites una transfusión de sangre durante el parto.

La importancia del ultrasonido

El ultrasonido (ecografía) se hace alrededor de la semana 13 y posiblemente a la semana 18 se realizará uno nuevo en el que podrás ver al bebé. A su vez, la mayoría de los médicos aconsejan realizar uno más al final, para poder determinar con precisión la fecha del parto. Este último puede que no sea imprescindible, sin embargo ayudará a que te quedes más tranquila. Cabe mencionar que si tienes un embarazo de riesgo, es posible que tu médico aconseje otros estudios más específicos. En tal caso es recomendable que sigas sus consejos para llevar a buen término tu gestación.

Los avances que se han hecho en el ultrasonido permiten que hoy en día pueda tenerse un detallado análisis de la anatomía del feto en la época temprana de 11 o 13 semanas. Así, los especialistas pueden detectar si hay demasiado líquido en la nuca, si existe alguna anomalía en el feto (si tiene la cantidad correcta de dedos, si el hueso de la nariz ya se ha formado, etc). También se pueden diagnosticar problemas cromosómicos o defectos cardíacos o en el desarrollo del esqueleto.

Generalmente se utiliza el ultrasonido para observar con detenimiento la completa anatomía del feto y comprobar que se halla perfecto de pies a cabeza. De hecho, si no cuentas con una gran soltura económica y debes optar por uno de todos los exámenes, es recomendable que te inclines por este, a ser posible a efectuarse en la semana 18. Así podrás ver si tu bebé tiene una estructura osea normal y posee todos los órganos y la estructura cardíaca adecuada.

Además, es el mejor estudio para descartar la posible afección de síndrome de Down. La misma también puede diagnosticarse a través de un análisis de sangre y otras pruebas más específicas, algunas de las cuales conllevan ciertos riesgos para el feto y solo se realizan en caso de que las dos primeras hayan dado un resultado positivo.

Si bien el coste de estos exámenes suele ser bastante elevado, existen muchas opciones de financiar todo el seguimiento prenatal, en caso de no contar con seguro médico. Te recomendamos que averigües tus posibilidades en el hospital donde te atienden.Puedes plantear tu situación económica y solicitar un plan de pagos acorde a la misma.

Exámenes para detectar defectos genéticos

Entre los análisis que sirven para detectar defectos genéticos o congénitos cabe mencionar que existen tantos como anomalías se han descrito; por lo que, de acuerdo a tu historial médico y el de tu pareja, los médicos te recomendarán unos u otros. Esto significa que no van a realizarte cientos de estudios sino únicamente aquellos que por razones evidentes puedan ayudar a conocer con certeza los riesgos a los que se debe enfrentarse el niño que estás gestando.

En algunos lugares recomiendan también el análisis de hepatitis B en la primera visita. Así los médicos pueden saber si eres portadora, para lo que deberán vacunar al bebé y darle inmunoglobina, para impedir que desarrolle la hepatitis.

También existen otro tipo de exámenes genéticos que permiten analizar con precisión defectos de carácter hereditario.

¿Es imprescindible que me realice la prueba de virus VIH?

No pueden hacerte un análisis para comprobar la presencia del virus VIH sin tu consentimiento; sin embargo, te recomendamos que no te opongas a ello. Toda mujer embarazada debería hacerse esta prueba. Muchas veces ocurre que las mujeres llevan el virus y no lo saben. Un tratamiento inmediato puede reducir el riesgo de transmisión del virus al bebé, así como preservar la salud de la madre. Si crees que puedes haber estado expuesta a cualquier factor de riesgo en el pasado (relaciones sexuales sin protección o jeringuillas compartidas), decídete a hacerte la prueba por el bien de su bebé.

Si la prueba demuestra que eres VIH positiva, te ofrecerán consejo médico y te enviarán a un especialista para recibir cuidados durante el embarazo. Las posibilidades de que el bebé se contagie pueden reducirse de forma drástica con los tratamientos disponibles actualmente y estudiando la posibilidad de una cesárea. Después del parto, te aconsejarán que no des el pecho al bebé porque el virus puede ser transmitido a través del amamantamiento.

Complicaciones previsibles

Si tuviste complicaciones en anteriores embarazos, existe el riesgo de que se repitan los mismos problemas. Por tanto, es fundamental que en tu primera visita, pongas en conocimiento del médico tu historial clínico. Entre los antecedentes que más debes reseñar se encuentran casos de preeclampsia grave o de parto prematuro. Comenta todas tus preocupaciones con tu médico, quien puede programar una atención prenatal más intensiva.

Haber tenido un aborto espontáneo anterior no afecta a tus posibilidades de que tu embarazo sea normal y sano esta vez; incluso después de tres abortos, seguirás teniendo buenas probabilidades de quedarte embarazada de nuevo y de llevar a buen término tu embarazo.

La preeclampsia se repite hasta en el 30% de embarazos aunque es probable que sea menos grave y se produzca más tarde. Si existe esa preocupación, te recomendarán un mayor número de visitas clínicas prenatales; en las cuales comprobarán que tu tensión arterial es normal y analizarán si hay síntomas de edema, por ejemplo tobillos y manos hinchados.

Algunos médicos recetan una pequeña dosis de aspirina durante todo el embarazo; ya que, de acuerdo a ciertos estudios, se ha podido comprobar que esto podría ayudar a reducir el riesgo de preeclampsia o, por lo menos, retrasar su inicio.

En el caso de partos prematuros, también existen un alto riesgo de que se repitan. Si tu hijo anterior se ha adelantado al nacer más de tres semanas, podría volver a ocurrirte lo mismo; aunque esto está íntimamente relacionado con las causas que provocaron el anterior parto prematuro.

Posiblemente tu médico desee realizarte un seguimiento más exhaustivo, especialmente durante el tercer trimestre, y quizás también te recomiende que descanses mucho para reducir el riesgo de ponerte de parto mucho antes de salir de cuentas. Pregunta qué señales o síntomas pueden indicar un parto prematuro para poder alertarlo lo antes posible, si se repite el problema.

En cuanto a las enfermedades crónicas, si bien es cierto que la mayoría de ellas no deben suponer un riesgo para el normal desarrollo del feto, es conveniente que estés al tanto de las precauciones que debes tomar y, sobre todo, que tu médico conozca tu enfermedad y el tipo de medicación que recibes.

Además de preocuparte sobre las consecuencias que tu embarazo puede traer sobre tu bebé, debes asegurarte de que para tu salud el embarazo no será perjudicial; es decir, qué efecto tendrá el embarazo sobre tu enfermedad. Es imprescindible que hables de ello con tu médico y que te asegures de realizar todos los controles que necesites para procurar una alta calidad de vida tanto para tu bebé como para ti.

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