Conocidas son por todos las innumerables ventajas de la lactancia materna; sin embargo, nunca está de más ofrecer un artículo nuevo en el que ofrezcamos más información sobre el tema.
Aprovechando la Semana Mundial de la Lactancia Materna, te invitamos a vivir intensamente esta etapa disfrutando al máximo de tu familia, sin crear controversias en el mundo que te rodea.
Lo natural es dar el pecho
Lamentablemente los seres humanos tenemos una extraña habilidad para complicar aquello que no tiene ciencia o que, más aún, es absolutamente natural. La resistencia de muchas personas a ver a una madre dándole el pecho a su hijo es una de ellas; tal es así que muchas madres deben enfrentarse al rechazo e incluso a los insultos a causa de ello.
Somos animales. Le pese a quien le pese, esa es nuestra esencia, e intentar evadirnos de ella es una de las cosas que peor hacemos. Volvernos más naturales podría ser la mejor forma de aceptarnos como individuos y de comprender que no hay nada de sucio o erróneo en nuestra naturaleza. Pese a ello, es difícil que las sociedades entiendan estas cosas, porque se espera que actuemos de una forma políticamente correcta.
Frente a esta situación tenemos dos opciones. Nos volvemos violentas y combativas e intentamos inculcar nuestra ideología (arriesgándonos a mayor marginalidad y rechazo) o nos adaptamos, intentando vivir nuestra lactancia como una experiencia personal (es posible que así nos acepten, al menos unos pocos).
La normalización de la lactancia en público es algo por lo que muchas personas luchan cada día; por naturalizar este acto no exclusivo de los humanos y vaciarlo de prejuicios, que solo vienen a ensuciar una de las experiencias más maravillosas de ser madre. De todas formas, no es una tarea sencilla, ya que existen muchas personas totalmente contrarias a esta forma de entender la crianza y la propia naturaleza. Nuestro consejo es que, para evitarte ciertos problemas y para no ser foco de los prejuicios ajenos, lo mejor es tomar una actitud humilde e intentar pasar desapercibida, preocupándote solamente por las necesidades de tu bebé.
Una de las premisas fundamentales de la lactancia materna dice que el bebé tiene que poder mamar allí donde se encuentre; sea cual sea este lugar. Nada hay más cierto como eso. Y tú, como madre, no debes darle más importancia a los prejuicios ajenos que a la necesidad puntual de tu hijo. Sin embargo, esto no significa que busques que todo el mundo sepa que estás amamantando y que eres auténtica y especial por hacerlo.
Muchas veces el rechazo al amamantamiento viene por esa necesidad que muchas madres manifiestan de inculcar su forma de vivir a los que están a su alrededor; de este modo, pasan de todo lo que les rodea y aprovechan la lactancia como si de una ideología se tratara, intentando que todos vean lo maravillosas madres que son.
Cómo dar el pecho para ayudar a la normalización de la lactancia
Dar el pecho de manera discreta no es perder la batalla. Es demostrar que no tienes nada que esconder y que te sientes feliz de estar viviendo esa experiencia. Y, que no necesitas que lo demás lo acepten, ni siquiera estás buscando llamar la atención. Esta es la mejor opción para dar el pecho en público. Darle a tu peque lo que en ese momento necesita para tranquilizarse, pero sin llegar a la invasión del terreno ajeno.
Si te encuentras tomando un café o comiendo con un grupo de amigos en un restaurante y de pronto tu bebé comienza a llorar y a pedirte el pecho, lo ideal es que te acerques, lo cojas con delicadeza y vuelvas a tu asiento. Continuando con lo que estabas haciendo hasta ese momento, sin llamar la atención. Lo que no es recomendable es que lo hagas haciéndote ver, para que todos entiendan que te sientes fantástica amamantando y que tienes derecho a mostrar tus pechos libremente. Nadie tiene por qué entender y aceptar la crianza que has escogido.
Por otro lado, el momento del amamantamiento debe ser único para la madre y el bebé; por tanto, incluir a todos los extraños que se hallen cerca a participar de ese evento no es una idea aconsejable. Debes centrarte en tu bebé. Y para ello no necesitas de la aprobación de los demás.
Es importante que entiendas que, si bien dar el pecho es una situación particular que te hace sentir especial frente a tu bebé, no eres especial por eso. Todas las mujeres pueden amamantar si lo desean de verdad, por tanto, no hay nada nuevo ni revelador en el hecho de dar el pecho. Lo mejor es que intentes hacerlo de la mejor forma para que tu bebé goce de una buena alimentación y crezca feliz, sin preocuparte por enseñar o mostrar nada.
Gracias a la imposición del biberón, hace décadas, la lactancia se ha convertido en un hecho raro y hasta rebelde. La normalización de la lactancia es algo fundamental y, solo puede conseguirse a través de la comprensión de un hecho absolutamente natural; que nos asemeja a los animales y que, para quienes la están viviendo, es una experiencia preciosa.
Por todo esto la rebeldía y las voces altas, los pechos al aire y el rechazo hacia aquellos que no entiendan que lleves tan a flor de piel la maternidad, no ayudarán a que la acepten. Más bien los alentará a que se pongan en una postura férrea contra este tipo de crianza e ideas.
Así que ya lo sabes, intenta ser discreta y pensar únicamente en ti y en tu bebé sin desear educar o adoctrinar a nadie acerca de la importancia de la lactancia materna.
Lo natural es dar el pecho y también compartir esta experiencia con el papá de tu hijo. Te invitamos a vivir esta semana de la lactancia esforzándote por crear lazos familiares más estables, donde cada individuo se sienta parte de ese hermoso grupo del que forma parte.