Dar a luz es una tarea en esencia colectiva. Ninguna mujer tiene a su bebé aislándose de las demás personas. Incluso en las civilizaciones antiguas existían una serie de rituales en torno al parto, en los que participaban otras mujeres que colaboraban con la parturienta.
En la actualidad, tampoco se ha convertido en un trabajo de una sola. Y, más allá del equipo médico especializado que asiste a la madre, se hacen presentes otras personas que colaboran con ella para que el parto sea una experiencia positiva. Tal es así que es más que normal que el padre del bebé se encuentre al lado de su pareja siempre, y en otro caso, que lo hagan familiares, amigos cercanos o los ya mencionados profesionales perinatales. Sigue leyendo