Alimentación para Embarazadas durante el Verano

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En estos meses en los que el verano se comienza a sentir, es necesario tomar ciertas medidas para evitar que el calor nos afecte tanto.

Una buena dieta puede ser una excelente alternativa para vencer las altas temperaturas.

En este artículo te contamos algunas cosas que creemos te pueden ayudar a afrontar estos meses con una actitud positiva y llena de energías.

Los beneficios de una buena alimentación

Una alimentación variada y equilibrada te dará la energía y los nutrientes necesarios para un embarazo sano. También es uno de los mayores regalos que puedes hacerle a tu bebé, al brindarle una base firme para su salud y bienestar futuro.

Posiblemente no existe otro momento en la vida más adecuado y en el que te sientas más motivada para adoptar hábitos alimentarios sanos; y es que tienes muy buenas razones para hacerlo. Una dieta variada y nutritiva proporciona el mejor punto de partida a tu bebé, y te beneficia al mismo tiempo.

No existe ningún misterio en comer bien; sencillamente necesitas una dieta que sea equilibrada en los diferentes grupos de alimentos y que contengan las suficientes sustancias nutritivas.

Analiza lo que comes cada día utilizando el gráfico de grupos de comidas y es probable que descubras que tu dieta actual es ya bastante sana y que no tengas que hacer muchos cambios en ella. Fíjate, por ejemplo, si tomas suficientes alimentos que contengan hierro o comes demasiados alimentos azucarados, y toma decisiones para mejorar tu rutina alimentaria.

Mitos respecto a la alimentación vegetariana en el embarazo

La comida es para disfrutarla y esto no cambia ni siquiera durante el embarazo. Si llevas una alimentación ética, sin embargo, te sentirás doblemente feliz.

Hay un mito que dice que toda mujer embarazada debe mantener una alimentación omnívora. ¡Es mentira! No es verdad que la única opción de disfrutar de una buena comida es saltándote las normas, ya sean impuestas por tu médico o por tu ideología. Por tanto, si eres vegetariana, no tienes que dejar tu dieta para comenzar a ingerir alimentos que “teóricamente” son imprescindibles durante el embarazo. Existen mil formas de reemplazar estos alimentos.

Una dieta nutritiva para ti y tu bebé no significa tampoco que tengas que pasarte el día cocinando; puedes cocinar una buena cantidad y congelar una parte para ir consumiéndola cuando lo desees. Experimenta con métodos de cocina sana y rápida: fríe con poco aceite, removiendo constantemente, asa a la parrilla y cuece al vapor. De todas formas, si sufres de náuseas, puedes pedirle a tu pareja o a alguien de confianza que cocine y te traiga la comida una vez preparada.

Evita los cambios drásticos. Recuerda que el embarazo no es un buen momento para hacer cambios radicales. Por lo que, pasar a comer carne de golpe cuando solo te alimentabas de verdura, no es sano para el organismo (le cuesta mucho habituarse a los cambios). Lo que debes hacer es continuar con tu dieta, adaptando tus hábitos actuales a mejorar tu nutrición y no a cambiarla rotundamente. De este modo, te asegurarás que tu bebé reciba la mejor nutrición posible.

Seguramente habrás escuchado hablar sobre la vitamina B12. Ésta se encuentra principalmente en productos de origen animal. De todas formas, podrás adquirirla con el consumo de alimentos fermentados como el tempeh, extractos de levadura, leche de soja y aquellos productos que vengan enriquecidos con Vitamina B12. De todas formas, también existen suplementos para adquirirla.

Cabe mencionar que hoy en día gran parte de esta vitamina es de procedencia artificial: en el caso de los vegetarianos estrictos, deben tomar este suplemento. Y en el de los omnívoros, los animales de donde procede su vitamina la han adquirido mediante vacunas y suplementos alimentarios. Por lo que si debes tomar suplemento, no te preocupes.

Por otro lado, recuerda acompañar tus hábitos alimentarios con un plan de ejercicios cotidianos que te ayuden a mantenerte en forma. Ten presente que si estás en la última etapa del embarazo, debes hacer movimientos especiales, focalizados en fortalecer los músculos de la zona pélvica.

Consejos para algunas dietas particulares:

  • Si eres intolerante a la lactosa: puedes reemplazar el calcio que estos productos te ofrecen consumiendo otros, por ejemplo pasta tahini, semillas de sésamo, frutos secos y leche de soja enriquecida en calcio.
  • Si no toleras el gluten: deberás ingerir los hidratos de carbono con productos sin gluten, como pan sin gluten, arroz y maíz.
  • Si eres diabética o si contraes esta dolencia durante el embarazo: alrededor de la mitad de tu ingesta deberá componerse de hidratos de carbono, como la pasta, el arroz integral y los cereales integrales.

 Para tu alegría, queremos contarte que muchos especialistas aseguran que es mucho más sano una alimentación vegetariana que una omnívora para el desarrollo de un feto. ¡Enhorabuena!

Planificar las comidas semanales

Planear tus comidas por adelantado puede ahorrarte tiempo y esfuerzos. Te recomendamos que realices una planificación, de acuerdo a los alimentos que ingerirás a lo largo de una semana. De este modo, no solo podrás estar prevenida acerca de lo que debes comprar, sino y sobre todo, tendrás la seguridad de que te alimentas adecuadamente.

Si trabajas y no tienes a mano muchas opciones para almorzar de forma sana, llévate el almuerzo de casa. La cena será, probablemente, tu comida principal, así que procura cocinar entonces tus recetas sanas favoritas, incluyendo muchos productos frescos.

Trata de equilibrar tus comidas. Por ejemplo, después de un plato principal fuerte, toma un postre ligero o bien opta por un plato principal ligero, seguido de un postre rico en proteínas, como un postre de soja por ejemplo.

Una buena organización acompañada de una alimentación sana te ayudará a mantenerte en el peso aconsejado para tu estado y te asegurará un mayor bienestar durante estos meses.

Alimentos prohibidos 

En el embarazo también existe una lista de alimentos que debes evitar. Algunos de ellos son:

  • Quesos: es conveniente que evites sobre todo los que no están pasteurizados, el queso feta, los quesos de vetas azules y los madurados por hongos.
  • Ciertas leches: evita las de cabra y oveja y sus derivados
  • Patés: todos los que sean frescos
  • Platos precocinados: sobre todo aquéllos que entrañan algún riesgo de caducidad durante el proceso de calentado.
  • Huevos crudos: incluso si se encuentran en postres, mayonesa.
  • Pescado crudo: incluyendo el sushi y mariscos y moluscos crudos

¿Embarazada en pleno verano?

Es posible que un embarazo en pleno julio-agosto pueda entrañar muchos más riesgos que uno en otra estación; las violentas subidas de temperatura podrían afectarnos, y también al bebé. Pero con el recaudo de una buena dieta en la que no falten nutrientes, pueden mermarse muchísimos los riesgos del calor.

A través de una alimentación adecuada en este período en el que a veces creemos que ya no podremos continuar, nos aseguramos una mayor vitalidad y podemos, además, eliminar o aliviar las molestias propias de este estado.

Para llevar una buena dieta lo fundamental es hacerla en base a los productos frescos, de temporada, porque contendrán una calidad nutricional superior a los que han sido conservados en frigorífico. Además de ofrecernos los nutrientes más necesarios para esta época del año.

En verano los productos más recomendados son frutas (nectarina, melón, sandía, ciruelas, melocotones), verduras (aguacate, calabacín, pepinos zanahorias) y cereales que nos brinden de la fibra necesaria para tener siempre la energía que necesitamos.

Es más recomendable ingerir alimentos fríos para que no afecten nuestra temperatura negativamente y que, en cambio, nos ayuden a refrescarnos. Entre las comidas más recomendables tenemos ensaladas, sandwiches, bocadillos o platos que con su temperatura no eleven la de nuestro cuerpo.

También debemos buscar la forma de evitar la deshidratación, y consumir más líquido que antes. Hay diversas formas, además de beber agua durante las comidas, para hacerlo; como tomar batidos, gelatinas, frutas secas, vegetales frescos.

No debes olvidarte de la importancia de que tu dieta sea balanceada. Por tanto, intenta consumir alimentos frescos que contengan variadas proporciones de vitaminas y minerales y fuertes en antioxidantes (éstos te ayudarán a enfrentar el sol). Aprovecha para ingerir leches pasteurizadas. Cabe resaltar que las leches vegetales suelen ser más recomendadas, ya que con ellas no existe el riesgo de afectar al bebé con los contaminantes bacterianos. Recuerda la importancia del calcio en tu alimentación, fíjate que hay muchas leches vegetales que vienen enriquecidas y que pueden ser una verdadera fuente de equilibrio para tu cuerpo.

En lo que respecta a los hidratos de carbono, puedes optar por panes y cereales integrales que te ayudarán a prevenir el estreñimiento y te proporcionarán una importante fuente de fibra.

Si combinas estos consejos con el mimo que necesitas en cada momento, sin olvidarte de cuidar aquellos aspectos que hacen a tu belleza integral, seguramente tendrás un embarazo feliz y un parto saludable.

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