Medicamentos Respetuosos con la Lactancia

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Medicamentos en la lactancia | Derechos Fotolia

La lactancia es una experiencia maravillosa, aunque, a veces también tiene sus complicaciones.

Contra la creencia popular de que a todas las madres les resulta sencillo amamantar, hay muchas que lo pasan verdaderamente mal al principio a causa de diversas cuestiones.

Entre los problemas más comunes podemos señalar:

  • Incomodidad en los pezones
  • Infecciones en los conductos galactóforos
  • Problemas de salud
  • Conflictos emocionales que afectan a la lactancia

Para tales complicaciones, a veces es necesario tomar medicamentos. Cuando el médico nos informa esto nos alarmamos porque pensamos que la leche que le brindaremos a nuestro hijo será de inferior calidad. ¡No hay nada de qué preocuparse!

Debes saber que no es tan así y que, tomando algunas precauciones, no tiene por qué cambiar tu ritmo de amamantamiento. En este artículo te explicaremos la forma en la que puedes combatir estas dolencias y te ofrecemos una lista de medicamentos que son respetuosos con el período de la lactancia.

Dificultades en la lactancia

Al comienzo de la lactancia suelen aparecer dolores temporales en los pezones. Se trata de un dolor leve que desaparece solo. Pero en ocasiones esta molestia persevera al punto de provocar el agrietamiento de los pezones, lo que causa un dolor que puede ser muy fuerte. Si es éste tu caso, debes actuar antes de que el sufrimiento se vuelva muy intenso.

Algunos de los métodos que pueden servirte para aliviar este dolor son:

  1. Revisar tu técnica para asegurarte de que el bebé está en la posición correcta. Si el bebé no se mete toda la areola en la boca, el dolor continuará. Por ello, conviene que cambies la posición del bebé cada vez que lo alimentes.
  2. Aumentar el número de tomas reduciendo la duración de cada una, también puede ayudarte. Así el bebé no tendrá tanta hambre y es posible que succione menos fuerte.
  3. Continuar amamantando con el seno dolorido, aunque sea un ratito. De este modo acostumbrarás el pezón a la lactancia. Si esperas a que esté sano completamente; al retomar el amamantamiento, volverán también los dolores. Lo más recomendable es darle de comer primero del lado menos dolorido ya que al principio el bebé succiona con más fuerza.
  4. Extraer manualmente un poco de leche antes de darle el pecho. Así iniciarás la salida de la leche y el bebé no tendrá que succionar tan fuerte para que le llegue el alimento.
  5. No utilizar jabones irritantes ni productos químicos en los pezones.
  6. Exponer los pezones al aire para endurecerlos. Si caminas por la casa con los pechos descubiertos colaborarás con el endurecimiento de los pezones. Si utilizas un sujetador de lactancia, puedes dejar las copas abiertas mientras te encuentres en casa.
  7. Cambiar asiduamente los protectores del seno. Si utilizas esos protectores para absorber leche, debes cambiarlo con regularidad, cuando notes que están húmedos, para evitar que se agrieten los pezones.
  8. Aplicar masajes con Vitamina E, aceite de oliva o lanolina sobre el pecho. Esto te ayudará a fortalecer tus pezones. Una vez te brindes dicho masaje, deja que los pezones se sequen. También existen cremas específicas para sanar pezones agrietados; averigua en tu farmacia sobre ellos.
  9. Aplicar calor seco y tibio sobre el pecho varias veces al día. Lo ideal es colocar una bolsa de agua caliente sobre los senos. Ten presente que la temperatura no debe ser ni húmeda ni caliente.

Dolor por congestión mamaria

El dolor por congestión mamaria puede producirse por varios factores:

  • El cuerpo produce más leche de la que el bebé consume. Entonces ejerce una presión sobre los conductos lactíferos o galtóforos; lo que dificulta el flujo normal de leche por los conductos. 
  • El bebé se salta una de las tomas o cambia bruscamente la frecuencia de alimentación.
  • Se realiza el destete de forma brusca. Debes recordar que el cuerpo debe acostumbrarse a cada cambio, por lo que un destete paulatino impediría la aparición de esta dolencia.

La forma más sencilla de evitarlo es comenzar a dar el pecho inmediatamente después de que nace tu bebé. Además, puede ser una gran idea utilizar un sujetador firme, pero no ajustado, y hacerse masajes en los senos antes de cada toma. El masaje es ideal para facilitar la salida de la leche y por ende, aliviar la congestión. Algunas mujeres se aplican compresas tibias o hielo en los senos, lo cual les ayuda a calmar este dolor. Prueba con ambos y decide cuál te resulta más efectivo a ti.

Es importante recordar que si no extraes el exceso de leche, producirás menos leche. Además, corres el riesgo de contraer mastitis.

Conductos taponados

Muchas veces los problemas en la lactancia surgen porque se taponan los conductos galactóforos. Esto puede provocar que se forme en el seno un bulto pequeño, rojo y firme que suele molestar tan solo un poco.

La forma de tratar esta dolencia es intentando vaciar por completo el seno después de cada toma. Procura que el bebé comience a alimentarse de ese lado, ya que es el momento en el que tiene más hambre. En caso de que no lo vacíe por completo, utiliza un sacaleches hasta que salga toda.

Otras formas en las que puedes estimular la salida de la leche es aplicándote un chorro de agua tibia directamente sobre el pecho. También puedes darte calor y hacer masajes con la mano sobre el bulto para aliviar el dolor. Y recuerda que es importantísimo que no dejes de dar de mamar si tus conductos se encuentran obstruidos.

Por último, si al cabo de unos días, el bulto persiste, consulta con tu médico para asegurarte de que no se haya formado un absceso.

Mastitis: causa y tratamiento

La inflamación mamaria, conocida como mastitis afecta a un 2% de las mujeres que dan de mamar. Es provocada por una bacteria que transmiten los bebés a través de la boca y tiende a producirse entre dos y cuatro semanas después del parto, aunque puede ocurrir antes o después. Suele presentarse cuando la madre es primeriza tienen los pezones agrietados o no vacían completamente los senos en cada toma.

Entre los síntomas más comunes se encuentran:

  • Alta temperatura en los senos (suele llegar a los 38,5 °C)
  • Enrojecimiento de la zona afectada
  • Malestar general

En ocasiones la infección abarca todo el pecho, y en otras tan solo un segmento. En este caso se conoce como lobulillo, y el enrojecimiento se presenta en forma de cuña, sobre la zona infectada. La manera de tratarlo es a través de antibióticos; pero debes acudir al médico para que sea él quien te recete el adecuado.

Es importante no interrumpir la lactancia mientras dure la infección, ya que el seno podría congestionarse y el malestar se agravaría. Algunos de los remedios que ayudan a calmar la infección son el paracetamol, el ibuprofeno y las compresas tibias. Además, debes ingerir mucho líquido y descansar cuanto puedas para que tu cuerpo tenga el tiempo que necesita para recuperarse. Y no dejes los medicamentos hasta que el médico te lo indique.

Medicamentos que no afectarán la calidad de tu leche

En lo que respecta a los medicamentos debes saber que la mayoría de los que normalmente usamos no están contraindicados en la lactancia.

De todas formas, si vas a medicarte, procura hacerlo en dosis muy bajas y justo después de dar el pecho. De este modo, entre toma y toma tu cuerpo tendrá el tiempo suficiente para asimilar todo el medicamento. Antes de decidir tomar cualquier remedio, sin embargo, consulta con tu médico.

Entre los medicamentos que pueden tomarse sin problemas se encuentran:

  • Paracetamol
  • La mayoría de los antibióticos
  • Casi todos los antidepresivos
  • Antiácidos
  • Descongestionantes
  • Antihistamínicos
  • Anticonvulsivos (salvo excepciones)
  • Insulina (para tratar la diabetes)

Lactancia y anticonceptivos

Una pregunta muy común entre los foros de embarazadas es respecto a si pueden amamantar mientras están tomando la píldora.

Si te acucia esta duda debes saber que no hay riesgo al hacerlo, pero posiblemente colabores con que se reduzca la cantidad de leche que produces; sobre todo si la píldora que tomas contiene estrógenos.

Si comienzas a tomar la píldora inmediatamente después de dar a luz, puedes tener más dificultades para comenzar tu producción de leche; sin embargo, si lo haces cuando ya llevas un tiempo amamantando a tu hijo, posiblemente no tengas este problema. No obstante debes saber que hay una línea de anticonceptivos que se fabrican a base de progesterona y que, aunque son ligeramente menos eficaces, afectan en menor proporción a la producción de leche.

Si bien el amamantamiento reduce el riesgo de ovular, no lo reprime absolutamente. Es decir que la lactancia no te asegura que no puedas quedarte embarazada. Si decides no dar el pecho, tardarás en ovular unas diez semanas. Esto también les ocurre a algunas mujeres que amamantan y otras mujeres lo hacen unos seis meses después del parto. Así que amamantar no es un buen método anticonceptivo.

Por tanto, si no quieres sorpresas, lo ideal es que comiences a tomar nuevamente la píldora o acudas a métodos de barrera como los condones o los diafragmas. Coméntale a tu médico tu deseo, para que pueda recomendarte la píldora que más te convenga.

Intenta que todas las decisiones que tomes durante este período sean beneficiosas tanto para el bebé como para ti. Muchas madres prefieren soportar dolores intensos con tal de no medicarse, aun sabiendo que los efectos negativos de los medicamentos son nulos. Si piensas de este modo pregúntate si es mejor esta decisión que aliviar tu dolor. Ten presente que una buena calidad de vida para ti se extenderá al bebé y ambos podrán disfrutar más de esta preciosa etapa.

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