El número de mujeres que trabajan fuera de su hogar ha ido en aumento en los últimos años. Al día de hoy son más del 75% las que lo hacen durante el tercer trimestre y más de la mitad, continúan haciéndolo hasta unas pocas semanas previas al parto.
Muchas mujeres se sienten a gusto trabajando hasta el último momento; les gusta saberse activas y manteniendo su vida normal. Además, el mantenerse ocupadas les permite no obsesionarse con las molestias propias de esta etapa. Por otro lado, hay muchas mujeres que no tienen la opción de elegir por diferentes razones: porque son la principal fuente de ingresos en la familia, porque sienten que su carrera profesional es una prioridad, porque son madres solteras y no tienen que se ocupe de ellas y del bebé en el aspecto económico, etc.
Pese a que no existen verdaderos riesgos por trabajar durante el embarazo, es importante tener en cuenta que ciertos trabajos sí pueden suponer un peligro para el bebé, por lo que debes informarte correctamente acerca del tuyo.
Los peligros del estrés
El estrés durante el embarazo, ya esté relacionado con el trabajo o con las situaciones domésticas, no ha sido muy estudiado. Algunos médicos creen que unos altos niveles de estrés pueden aumentar el riesgo de padecer preeclampsia o incluso provocar un parto prematuro; no obstante, ningún estudio lo ha confirmado a ciencia cierta.
No hace falta decir que demasiado estrés no es bueno para nadie, pero menos aún puede serlo si dentro de ti se está gestando una bebé. Por tanto, debes hacer todo lo posible por reducirlo en tu vida diaria y, por supuesto, hablar con tu médico en caso de que sientas tristeza o ansiedad.
Trabajos exigentes y arriesgados en el embarazo
Existen una serie de trabajos que están terminantemente prohibidos durante el embarazo y otros, que deben realizarse con precaución y suma responsabilidad.
Si tu trabajo se te exige estar mucho rato de pie o caminando, o no puedes trabajar una cantidad de horas razonables, o si simplemente esa actividad te genera mucho estrés, deberías tomar una serie de consejos, para preservar tu salud y la de tu bebé.
Existen profesiones físicamente muy exigentes que pueden llegar a ser problemáticas si estamos embarazadas. Casi todos los trabajos están a medio camino entre el sedentarismo y el agotamiento, pero cada persona lo vive de forma diferente y, debes escuchar atentamente a tu cuerpo para saber si el tuyo, puntualmente, no te está resultando agobiante.
En caso de que tengas un embarazo normal y no haya ningún riesgo, seguramente podrás continuar trabajando hasta el final.
Si llegara a surgirte cualquier complicación es conveniente que reduzcas la carga laboral o que la suspendas por completo. En caso de que corras el riesgo de tener un parto prematuro, el médico te aconsejará seguramente que dejes de trabajar.
Otras circunstancias que quizás justifiquen una reducción de la actividad física son la hipertensión o los problemas en el desarrollo del bebé.
4 consecuencias de trabajos forzados en el embarazo
Ciertos estudios sugieren que las mujeres que tienen trabajos físicamente agotadores, como levantar objetos pesados, hacer labores manuales o realizar esfuerzos extremos, pueden padecer varios problemas durante el embarazo, algunos más peligrosos que otros. Algunas de las consecuencias de los trabajos tan exigentes son:
- Parto prematuros
- Hipertensión arterial durante el embarazo
- Preeclampsia
- Dar a luz a un bebé de bajo peso.
No obstante, cabe mencionar que no se ha podido demostrar que trabajar durante muchas horas pueda provocar un adelanto de la fecha de parto.
En lo que respecta a los trabajos en los que hay que estar mucho tiempo de pie, se sabe que pueden causar dolores de espalda y de pies, problemas circulatorios y un riesgo ligeramente mayor de parto prematuro. Si el tuyo reúne estas condiciones, te recomendamos que utilices medias de compresión, si bien no son muy atractivas, podrán ayudarte a prevenir la aparición de varices y aliviarán los efectos de estos dolores. De todas formas, conversa con tu médico para ver qué te conviene hacer respecto a este tema.
Debes recordar que tu salud y la de tu bebé son prioritarias. No te sientas débil porque te toca cuidar de tu embarazo. No temas a manifestar o quejarte por los síntomas que se te vayan presentando. No olvides de tomarte tu tiempo para comer, ir al baño y relajarte y evita sentirte culpable por tener más necesidades que antes. Por otro lado, no te compenetres más en el trabajo que en tu propia vida; no dejes que te absorba tanto como para no ser capaz de darle importancia a tus síntomas o necesidades.
Por último, si necesitas tiempo libre para atender ciertas complicaciones, pídelo. Las personas que nunca han estado embarazas no entienden todas las exigencias físicas a las que estás sometida, debes conseguir, sin embargo, que te entiendan y colaboren contigo.
Asuntos legales relacionados con el trabajo en el embarazo
Dedica un tiempo a familiarizarte con tus derechos y a entenderlos. En muchos países existe una legislación específica que protege a las mujeres embarazadas cuando ya tienen un empleo o han iniciado un proceso de selección. Esto significa que un empresario no puede descartar a una posible empleada simplemente porque se encuentre embarazada, siempre y cuando pueda realizar todas las funciones principales que el cargo requiere.
Además, si en algún momento una mujer embarazada a su cargo, no puede realizar alguna tarea, el empresario debe tratarla con la misma consideración que tendría con otras personas que sufren alguna limitación temporal; es decir, concederle la baja o asignarle temporalmente otras funciones.
Es posible que te veas incapacitada por las náuseas, por unos vómitos frecuentes y otras complicaciones durante el embarazo (hemorragias, parto prematuro o hipertensión). No dejes de lado tus malestares. Conversa con tu médico y si, llegado el caso, él considera que el embarazo te incapacita, pídele que emita un parte para tu superior donde deje clara su opinión. En tal caso, cumple tu derecho, pide lo que necesites en el trabajo y hazte respetar.
Si en tu empresa existe un seguro médico, la cobertura que ofrece para enfermedades asociadas al embarazo probablemente será similar a la que contempla para el resto, siempre y cuando se incluyan los servicios de obstetricia.
Ten en cuenta que las leyes de muchos países prohíben a las compañías aseguradoras ver el embarazo como una enfermedad preexistente, lo que significa que no pueden negarte la cobertura si cambias de trabajo y de seguro médico.
¿Cuándo debo regresar al trabajo?
Una de las decisiones más importantes relacionadas con el tema que nos ocupa es cuándo volverás a trabajar, una vez que haya nacido tu bebé. Esta decisión deberás tomarla antes de dar a luz; al igual que deberás saber quién cuidará del bebé cuando tu lo hagas y de qué forma. Recuerda que la mayoría de las guarderías tienen una larga lista de espera y debes ponerte en contacto con ellas antes del parto para incluir a tu hijo en dicha lista.
El servicio de guardería puede beneficiar a los niños. Según estudios realizados en Reino Unido, una guardería de calidad tiene importantes y duraderos efectos en la educación, la salud y el bienestar de los niños.
Es posible que quieras esperar todo lo posible antes de volver al trabajo y debes saber que, posiblemente, sea una situación que te resulte un tanto difícil. A la mayoría de las madres les resulta mucho más costosa de lo que esperaban. Si la idea de volver a trabajar a tiempo completo te angustia, piensa en un tipo de trabajo más flexible. Alguna de las posibilidades son buscar una jornada parcial, al menos al principio, o flexible, donde trabajarás unos días con más horas cada día o más días con menos horas.
Negociar un horario diferente
Lo fundamental al quedarte embarazada es ser consciente de tus derecoshos y de los derechos de tu hijo.
Debes saber que se han establecido nuevas directrices destinadas a ayudar a los padres con hijos menores de seis años a trabajar de forma flexible. Para que te concedan la reducción o el cambio de horario tienes que satisfacer ciertas condiciones; por tanto, te recomendamos que hables con el departamento de recursos humanos de tu empresa e intentes llegar a un acuerdo que os satisfaga a ambos.
Te recomendamos seguir los siguientes consejos:
- Sondea la reacción. Advierte a tu jefe acerca de que estás pensando en trabajar a jornada parcial y reúnete con él para conversar sobre eso. Intenta dejarle claro que tus intenciones son buscar el mayor beneficio para ambos.
- Prepara tu caso. Describe exactamente cómo se haría el trabajo si cambias de horario. Te será de ayuda convencer a tu jefe de que trabajarás con más eficacia.
5 cosas importantes sobre el trabajo en el embarazo
Cuando estás embarazada, tu cuerpo cambia y a veces puedes sentirte sumamente incómoda, pero seguir trabajando puede ayudarte a sentirte más normal. Al seguir trabajando, puede ayudarte a mantener algo de estabilidad a tu vida, que en otros aspectos está cambiando tan drásticamente.
No hay motivo para no seguir trabajando hasta bien adelantado el embarazo, a menos que el ambiente de trabajo sea peligroso para el feto, para lo cual deberás informarte adecuadamente con tu médico. De todas formas, es recomendable que tengas en cuenta una serie de cosas que pueden ayudarte a enfrentar positivamente el trabajo en esta etapa.
Si estás embarazada ya sabes:
- Ejerce tus derechos. La mayoría de las empresas estarán dispuestas a colaborar para que trabajes durante el embarazo y después del permiso de maternidad. Pero sé tú la que guíe tu vida, infórmales acerca de tus planes, cuándo dejarás el trabajo y cuándo lo retomarás, siempre en buenas formas para evitar conflictos derivados.
- Protege tu trabajo. Recuerda que tienes derecho a tiempo libre para las visitas prenatales en horario laboral y para asistir a las clases de preparación de parto.
- Protege tu salud. Si existe una mínima posibilidad de que tu trabajo influya negativamente en tu embarazo, deberías solicitar un permiso con sueldo. Es tu derecho, y no tiene nada que ver con las horas de trabajo el tiempo que lleves en ese empleo.
- Introduce cambios en tu vida. Si hay algo e el trabajo que te resulta negativo, intenta cambiar de estrategia. Por ejemplo: puedes intentar entrar o salir del trabajo en horas diferentes para no viajar en hora punta.
- Tómatelo con calma. No te exijas demasiado. No te tomas tan a pecho las tareas domésticas. Tu salud y la de tu bebé son más importantes. Tómate un descanso al regresar del trabajo y procura que tu pareja comparta parte de las tareas domésticas.
Ahora, ya lo sabes. Si estás embarazada y deseas continuar trabajando, hazlo. Pero ten presentes los riesgos que asumes e intenta ser cautelosa en cada cosa que hagas, a fin de asegurar un dichoso bienestar para ti y para tu bebé.