Cuando te enteras de que estás esperando un bebé, tu vida cambia para siempre. Y después de la alegría de la noticia, comienzas a pensar en diferentes formas de cuidarte para que tu hijo nazca sano y sin complicaciones.

Entre las cosas que seguramente te plantearás se encuentran las posibles enfermedades que podría contraer tu hijo mientras se encuentra en tu placenta y de qué forma puedes colaborar por evitarlas.

Desde hace mucho tiempo, los científicos intentan comprender las causas del autismo y buscan alternativas para prevenirla. Entre las posibles medidas preventivas que puedes tomar se encuentran:

• Una buena atención prenatal
• Riguroso seguimiento de tu historial médico y el de tu familia
• Consumo de ácido fólico

En este artículo te lo contaremos todo sobre esta enfermedad, a fin de ayudarte a tener un embarazo precioso y a dar a luz un bebé perfectamente saludable.

Estudios sobre autismo

Un estudio realizado en la Universidad de Cambridge desvela que es posible detectar el autismo durante el embarazo. A través de él pudo establecerse una estrecha relación entre los altos niveles de testosterona en el fluido amniótico de las embarazadas, con el surgimiento de este trastorno.

Para poder establecer conclusiones, los científicos observaron el comportamiento de 235 niños desde el momento del nacimiento hasta los 8 años de edad, descubriendo que había un vínculo indisoluble entre los niveles de testosterona en el líquido amniótico y el desarrollo de un comportamiento autista.

Entre los síntomas podían encontrarse problemas de sociabilidad y dificultades verbales, detectados alrededor de los 8 años de edad. Hasta el momento, a través de una prueba prenatal, que se realiza extrayendo una muestra del fluido amniótico para analizarla puede conocerse si el feto padece Síndrome de Down; sin embargo, no se detectaba el autismo.

Acerca del autismo

El autismo es uno de los trastornos de la personalidad que afecta la socialización, la comunicación y presenta conductas repetitivas en quienes lo padecen. Suele diagnosticarse en la niñez y se trata de una enfermedad crónica que produce complicaciones en la forma en la que se percibe el mundo, lo que afecta la comunicación e impide que los niños puedan mirar a los ojos de otra persona cuando les habla.

Es importante señalar, sin embargo, que existen diversos tipos de autismo y por eso es tan importante diagnosticar esta enfermedad a tiempo, a fin de ayudar correctamente al enfermo. En algunos casos, los niños autistas pueden tener actitudes autolesivas o acciones repetitivas que los llevan a hacer cosas que no les favorecen.

Causas del autismo

Las causas del autismo no están del todo claras. Tampoco existe una cura para ellos aunque sí un tratamiento que ayuda a paliar sus consecuencias.

De todas formas, cabe mencionar que en algunos casos se estima que las causas del autismo pueden estar ligadas a la exposición de la madre a sustancias químicas durante el embarazo.

También existe otro tipo de autismo que se encuentra ligado a la rubéola, un tratamiento preventivo antes de quedarte embarazada puede ser la mejor forma de evitar que este trastorno se desarrolle por estas causas.

Por otro lado, se estima que el autismo también podría estar ligado con la obesidad y la diabetes gestacional. Las mujeres con trastorno de obesidad o con diabetes son más propensas a procrear hijos con trastornos como el autismo o con ciertos retrasos en su desarrollo.
Gracias a un estudio específico, se supo que las condiciones metabólicas específicas encontradas en las madres con hijos autistas fueron:

• Obesidad
• Hipertensión
• Diabetes (diabetes gestacional o diabetes tipo 2) durante el embarazo

Tratamiento

Generalmente el tratamiento consiste en la administración de antidepresivos y medicamentos que ayudan a controlar los niveles de estrés y ansiedad (claramente presentes en este trastorno). Además se proponen terapias conductuales y de comunicación y diversas terapias para que los niños se encuentren dentro de un grupo e intenten integrarse.

Algunos medicamentos, como ciertos anticonvulsivos y medicamentos contra las migrañas o los trastornos bipolares, pueden ser claramente una causa del desarrollo de este trastorno; por eso es fundamental que si tienes algún tipo de tratamiento y deseas quedarte embarazada, converses detenidamente con tu médico, a fin de que sea capaz de ayudarte a encontrar un tratamiento alternativo para evitar que tu bebé padezca esta enfermedad.

¿Puede prevenirse el autismo?

Actualmente se invierte muchísimo potencial científico para desarrollar métodos preventivos contra este trastorno. Tal es así que en la Universidad de Washington están estudiando un número considerable de bebés con posibles tendencias autistas para intervenir y tratarlos en cuanto aparecen los primeros síntomas.

Se sabe que 1 de cada 20 bebés que tienen un hermano mayor autista desarrollarán el trastorno. Por eso es fundamental que los profesionales de atención médica se involucren y trabajen en equipo por encontrar un tratamiento aplicable mientras las conexiones en el cerebro del niño/a aún son lo suficientemente receptivas.

Para conseguir un diagnóstico precoz de la enfermedad se está trabajando en el desarrollo de biomarcadores, que permitan conocer los niveles biológicos de un individuo y compararlos para saber si son normales o patológicos. De todas formas, existen muchas controversias en torno al diagnóstico prenatal, ya que esto podría acarrear una «selección de fetos», donde los padres pudieran decidir la interrupción de un embarazo por no sentirse capaces de brindar los cuidados que la criatura necesita. Y, esto, evidentemente, trae muchos conflictos ideológicos enlazados.

¿Puede ayudarme el consumir ácido fólico?

Por otra parte, entre las medidas preventivas se incentiva el consumo de ácido fólico durante el embarazo, lo que podría reducir los riesgos en un 40%.

Si una mujer comienza a tomar ácido fólico dos meses antes de quedarse embarazada podría reducir en un 39% el riesgo de que su hijo contrajera el trastorno. También se desaconseja la ingesta de talidomida (para tratar las náuseas) y de cualquier tipo de pesticida.
En lo que respecta a las causas genéticas, se cree que la única forma de contrarrestar el trastorno sería modificando los genes por laboratorio o mejorando la alimentación y el tipo de vida de los padres. De este modo, podría mejorarse a lo largo de las generaciones la disposición genética.

Si bien el consumo de ácido fólico no aseguraría que la criatura naciera sin el trastorno, podría ser una buena forma de prevenirla en múltiples casos.

Ya conocemos las inmensas propiedades del ácido fólico durante la gestación, entre las que se encuentran:

• Prevención de defectos de nacimientos como la espina bífida
• Prevención de malformaciones
• Prevención de riesgo de enfermedades crónicas

En relación al autismo, el nutriente podría reducir el riesgo genético o fomentar otros procesos durante el embarazo que resultan protectores para el bebé. Esto ha sido probado en múltiples casos, ofreciendo resultados claramente positivos.

Cabe señalar que las embarazadas que tomaron ácido fólico, poseían un alto nivel educativo y habían planificado con antelación su embarazo. Además eran delgadas y no fumaban. Esto nos lleva a recordarte algo que solemos decirte: la importancia de una buena atención prenatal, y más aún de una atención preconceptual. Así podrás informarte a tiempo y hacer todo lo que esté a tu alcance para engendrar un niño sano y feliz.