El dormitorio ideal para tu bebé

habitación ideal para el bebé

Habitación ideal para el bebé | Derechos fotolia

Cuando se acerca el final del último trimestre del embarazo, empezamos a sentirnos muy impacientes. Sentimos que el tiempo no nos va a alcanzar para disponer todas las cosas.

Queremos ultimas los preparativos para el parto, arreglar la casa, mantener informados a los seres queridos, preparar la habitación donde dormirá nuestro hijo… Es un buen momento, por tanto, para organizar las cosas que tenemos que hacer e ir haciéndolas con tiempo, a fin de que podamos concluir a buen término.

En este artículo te daremos algunos consejos para que prepares la habitación de tu peque de la mejor manera posible.

¿Qué cosas son imprescindibles?

Preparar el cuarto del bebé es una de las cosas más emocionantes de este período. Salir de compras para conseguir esas primeras cosas que pertenecerán a nuestro hijo es algo realmente maravilloso y estimulante.

Probablemente desearás comprar de todo, pero intenta ser cautelosa. Te recomendamos que solo compres lo esencial y después, una vez que tu hijo nazca, vayas adquiriendo el resto de las cosas. De lo contrario, tendrás un montón de cosas ocupando espacio, las cuales puede que quizás no las utilices nunca.

Pero ¿cómo saber cuáles son los artículos realmente imprescindibles? Siendo que no es difícil que cualquier artículo nos seduzca, lo ideal es que converses con otras mujeres que ya hayan tenido hijos y te orienten un poco. Para saber qué cosas le fueron útiles y de cuáles pudieron prescindir; igual pueden pasarte algunas cositas que te vendrían bien para tu bebé.

Las tiendas en las que entrarás rebozarán de cositas que llamarán tu atención y te seducirán por su aspecto, pero recuerda que, la mayoría de esas cosas no te harán falta. Por otro lado, seguramente vas a recibir un millón de regalos, entre los que se cuenten la mitad de esos artículos que hayas podido ver y desear.

Decorar el dormitorio del bebé

Según muchos padres, preparar la habitación del niño es uno de los mejores aspectos del embarazo. El es un medio excelente para sentir que dan la bienvenida a casa a su nuevo hijo. Intenta disfrutar todo lo que puedas de esta oportunidad y canaliza tus nervios positivamente.

Durante los primeros meses, el bebé no percibirá lo que le rodea; lo único que le importará será estar en un espacio cálido y sentirse contenido, bien alimentado y cómodo. De todas formas, debes pensar a largo plazo, en que el dormitorio que hoy preparas será el espacio donde él pase mucho tiempo desde el momento en el que nazca.

Teniendo en cuenta esto, que tu hijo pasará varios años en esa habitación, es importante que escojas una decoración que no sea muy densa y que pueda amoldarse al carácter del niño fácilmente, sea éste cual sea.

En lo decorativo te recomendamos que escojas un color de pared liso, con unos toques modernos de acabado como cenefas, frisos y dibujos a plantilla. Que pueden ponerse al día rápidamente a medida que el niño vaya creciendo.

También es aconsejable que las paredes puedan lavarse o, al menos, limpiarse con una esponja. Para tal fin, te recomendamos la pintura mucho más que el empapelado. En cuanto a la marca de ésta, deberías optar por un producto natural a base de agua, en lugar de disolvente. Lo más importante es que sea de una composición que no emita gases tóxicos mientras se pinta la habitación.

El recién nacido no va a necesitar un montón de muebles; pero debes asegurarte de que tengas suficiente espacio para guardar sus cosas, en especial que haya una zona dedicada a cambiarlo. En la elección de los muebles debes prestar especial atención a los aspectos que hacen a la seguridad de tu hijo. Es decir, busca muebles sólidos y con los bordes lisos y redondeados. Nada de mesitas livianas que pudieran caer encima del niño, si éste intentara ponerse de pie aferrado a ella, ni de muebles con esquinas puntiagudas. Tomar precauciones de este tipo puede asegurarte una mayor tranquilidad en el futuro.

También puedes incluir una silla cómoda para ti, para pasar mucho tiempo con tu niño sin romperte la espalda. De hecho, una mecedora puede ser una bonita y útil opción.

Puedes colocar una lamparilla de noche en el dormitorio del niño, la cual puede ayudar a tranquilizar a su pequeño cuando la casa esté en penumbras. También un detector de sonidos puede ser una buena idea para escucharlo mientras te encuentras en otra habitación. Ésto te hará sentirte más tranquila y no especular acerca de si has oído al niño y cortar con lo que estés haciendo a cada rato para cerciorarte de que continúa dormidito.

La elección de las cortinas también es un tema importante; es conveniente que las escojas gruesas para que impidan que el paso de la luz durante el día y despierten al bebé. De lo contrario, puedes optar por unas persianas que efectúen esta misma tarea.

En lo que respecta a la temperatura de este habitáculo, debes saber que al principio deberá rondar los 24 grados. Muchos padres utilizan un radiador con termostato en esta habitación únicamente, para no tener que mantener toda la casa a esta temperatura. Si optas por esto, debes asegurarte de que la puerta del dormitorio cierre correctamente para favorecer a que la temperatura se mantenga estable.

¿Dónde dormirá el bebé?

Quizá al principio prefieras poner al bebé en una minicuna y trasladarlo a una cuna con barandillas cuando tenga unos seis meses. O puede que decidas utilizar siempre la cuna… Sea como sea, unas recomendaciones respecto a cada artículo, creemos que nunca viene mal.

Las minicunas tienen un aspecto maravilloso y crean un ambiente suave y reconfortante para un recién nacido. No obstante, pueden ser algo caros y como muy pronto se quedan pequeños, muchos padres prefieren optar directamente por la cuna.

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Una cuna es un mueble mucho más práctico, ya que el bebé puede dormir en ella hasta los tres años. De todas formas, si tienes pensado que el bebé duerma en el dormitorio tuyo y no cuentas con mucho espacio, tendrás que escoger uno de los anteriores.

Es una decisión un tanto personal. Cada familia puede escoger uno u otro, dependiendo de cómo estén proyectando la vida del bebé y los espacios en la casa.

La minicuna es un confortable lugar donde el niño podrá dormir hasta los seis meses. Este artículo tiene muchas ventajas en sus características: es ligero, pequeño y portátil; y, además, viene equipado con un soporte con patas, lo que lo vuelve sumamente práctico.

5 cosas importantes

Si te decides por una minicuna, asegúrate de comprar uno que sea lo bastante sólido como para soportar el peso de un niño sano que crece rápidamente. En cualquier caso, tendrás que trasladar al niño a una cuna normal cuando alcance el límite de peso establecido por el fabricante, si parece que la minicuna se le ha quedado pequeña o si le notas muy inquieto.

Al escoger cualquiera de estos muebles debes observar especialmente los siguientes aspectos.

  1. Topes en patas y ruedas. Debes asegurarte de que tanto la minicuna como la cuna tengan mecanismos de fijación que los vuelvan estables.
  2. Capotas plegables. Si te decides por un moisés de mimbre con una capota fija, te será difícil coger en brazos al bebé. ¡Piénsalo bien!
  3. Cuidado con bordes y esquinas. Asegúrate de que los muebles no tengan filos agudos, que puedan causarle algún daño al bebé.
  4. Ropa de cama segura. Ten cuidado con dejarte seducir por esa ropa de cama que se ve monísima, con cientos de ribetes y bordes. Intenta escoger ropita cómoda y, ante todo, que no sea peligrosa para el bebé. Y elimina las cintas y cordones de toda su ropita e incluso de los edredones.
  5. Colchón suave y firme. Escoge un colchón que encaje perfectamente en la forma de la cuna, para evitar que se vaya de lados. Si puedes meter dos dedos entre él y la cuna, es que es pequeño. Mide bien la minicuna o la cuna y, una vez sepas las medidas exactas, ve a comprar el colchón.

La cuna ideal

Ya sea que tengas pensado poner al bebé en una cuna desde el día en el que nazca o más adelante, no te viene mal comenzar a mirar cuál sería la cuna adecuada para tu peque desde ahora. Para saber escogerla debes tener presente una serie de consideraciones.

Debes pensar, sobre todo, en cuánto tiempo pasará el bebé en ella. Si te decides por una grande, el bebé podrá utilizarla durante varios años. Del mismo modo, algunas cunas se convierten en pequeñas camas, lo cual puede resultar muy útil y te ahorrará futuros dolores de cabeza.

Como ya lo hemos dicho, la cuna debe amoldarse al espacio del que dispongas. Antes de comprarla debes saber que algunas están diseñadas para encajar en un rincón, mientras que otras tienen laterales que se pueden retirar por completo.

Si tienes pensado colocar al bebé en una cuna o en tu propio dormitorio, posiblemente te convenga el segundo tipo, ya que al quitarle una de las barandillas puedes convertirla en una extensión de la cama matrimonial. Es una solución excelente si quieres tener al bebé lo más cerca posible por la noche, sin que esté exactamente en tu cama.

Otros aspectos que debes tener presente son las patas y/o ruedas. Las bloqueables, por ejemplo, suelen facilitar muchísimo el cambiar la cuna de sitio o limpiar por debajo de ella.

Además, cuando compres una cuna debes comprobar los siguientes elementos de seguridad:

  • Espacios estrechos entre barrotes laterales: este espacio no debe ser mayor de 8 centímetros, para impedir que el bebé quede atrapado entre ellos.
  • Doble resorte en las barandillas laterales: comprueba que haya un cerrojo en cada extremo, a fin de que el bebé no pueda bajar la barandilla. Antes de comprar una cuna, levanta y baja los laterales de cada modelo, para ver cuál es más fácil de abrir. Tenga en cuenta que, cuando el bebé crezca, puee aprender a bajar los laterales él mismo.
  • Juntas y mecanismo bien ensamblados: compruebe que el acabado de la cuna te convence. Todas las piezas deben quedar bien cerradas una vez hayas montado el mueble y debes notar que la cuna es segura y resistente. Respecto a las piezas móviles, deben cerrar con suavidad para evitar que te pilles un dedo o la ropa.
  • Diseño sencillo: hay miles de cunas sumamente elaboradas y estrambóticas. ¡Huye de ellas! Escoge un modelo que te resulte práctico y sencillo. No compres uno con partes recortadas porque el bebé podría meter la cabeza o el brazo dentro.
  • Un historial de seguridad intachable: evita comprar una cuna muy usada o antigua, de la que desconozcas su historia. Busca una que sepas que satisface las normas de seguridad y, en lo posible, que te haya recomendado alguien de confianza.

El perfecto colchón para el mejor sueño

En lo que respecta al colchón, podrás optar entre uno de espuma o uno de muelle. En general los de espuma son más buscados porque resultan más económicos y livianos de transportar. Puedes escoger uno de éstos, hechos e poliéster o polietileno; pero elije uno que tenga una gran densidad de espuma (alrededor de 24kg por metro cúbico) y que tenga secciones ventiladas, tanto en la parte superior como en el centro.

Si buscas un colchón que aguante más tiempo, te convendrá uno de muelles, ya que duran más tiempo que uno de espuma sin deformarse. Escoge uno que cuente con un mínimo de 150 muelles. Y para lograr una máxima durabilidad y resistencia al agua, escógelo con funda de vinilo y las esquinas reforzadas.

También tendrás que pensar que el bebé no solo debe estar seguro en casa; así que también deberás pensar y procurarle un buen cochecito para los paseos y, si tienes coche, una silla segura para él. Además tendrás que organizarlo todo en materia de alimentación y demás menesteres que irá necesitando tu niño a medida que vaya creciendo. Pero eso ya será tema para otro artículo.

Por ahora, prepara con mimo el dormitorio y refuerza tu confianza en ti misma y en tu pareja para este tramo final del embarazo.

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